Hay que felicitar nuevamente a la Policía por poder rematar otra operación sonada en Canarias. Si se fijan, en pocas semanas se han desmontado dos tramas de corrupción política y dos operaciones de introducción de gran cantidad de cocaína. Ahora se cierran investigaciones, y además en cuestión de meses, lo que nos lleva a preguntarnos qué es lo que pasaba antaño. Pero en fin. La Operación Faycán, que tiene un nombre de lo más original, ha sido un trabajo de relojería suiza obra de uno de los servicios más enigmáticos de la Policía, la Brigada de Información. Por lo que ha podido trascender, que no es mucho, tienen a un par de decenas de personas absolutamente retratadas, escuchadas, grabadas y medidas, en situaciones que cuando las descubran los interesados desearán no haber pasado por allí. Pero, además de la minuciosidad, todo está saliendo como estaba previsto gracias al sigilo aplicado por algunos y la proverbial imprudencia de otros.