El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Y siguen los negocios
El istmo es, con diferencia, el negocio de la década, una vez ha quedado encaminado el recorte del dique Reina Sofía, una herencia de Luis Hernández al que algún día le haremos una entrevista en profundidad. Pero alrededor del puerto se siguen celebrando multitud de negocios que tienen siempre como protagonistas a los mismos. A veces ese protagonismo es por omisión, dejan hacer muy al estilo de El Padrino, pero las más de las veces es para controlar, para que nada de lo que se mueva en el recinto esté al albur de que les pueda salir un empresario listo. Le está pasando, por ejemplo, al dueño de Vivatell, una empresa que tenía hasta hace poquito una concesión para el desguace de barcos que le han quitado para ponerlo en manos del clan. Hasta tal punto llega la desfachatez, que el Puerto es capaz de seguir utilizando el prohibido y contaminante método de hundir barcos antes de mantenerle la concesión, que el propietario pretendía ampliar gracias a un estudio que le hizo la Universidad y que ahora está en un despacho de influencia plateada para que se lo queden los mismos. Les iremos contando, porque la cosa es sangrante. Y contaminante.
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