No será sólo el gran lío de la Gran Marina lo que entretenga a los dignísimos miembros del Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, que se reunirá el 5 de mayo si la autoridad lo permite. La cuestión parece claramente decantada ya hacia la aceptación -con resignación, aunque vaya por barrios- de la nulidad de pleno derecho declarada por el Consejo de Estado y asumida por el mismísimo Mauricio. Ya sin grilletes, claro. Mientras los mismos que empujaron llegan a un acuerdo y tratan de reblandecer los duros corazones de Pepa y Soria, el consejo se dispone también a echar un vistazo el Plan Director del Puerto de Arinaga, que también será objeto de interesante polémica por unos motivos muy parecidos, pero que muy parecidos, a los que terminaron por anular el concurso del istmo.