Cada vez está además más extentida la práctica de notificar estilo Cantinflas, y si no, al Boletín Oficial de la Provincia, que no se lo lee nadie. De este modo se garantizan el pago con recargo, y rián p'al puerto. Al ciudadano del cuento le ocurrió que sólo le llegó la notificación en vía ejecutiva, con un recargo del 20%, y le vino de la mano del Gobierno de Canarias, a quien el Ayuntamiento de Las Palmas ha encargado la gestión de estas multas cuando los deudores son de un municipio distinto al capitalino. Con la amenaza del embargo sobre la cabeza y viniendo de un organismo vinculado a la Comunidad Autónoma, a los contribuyentes no les queda otra opción que aflojar la tela, o esperar a que le embarguen las cuentas corrientes con el consecuente trastorno económico y personal. Quizá lo mejor sea no pasar de 80 en la Avenida Marítima, pero es exigible un trato más correcto de las Administraciones, reclama nuestro comunicante no sin razón.