Paulino Rivero tiene que tener mucho cuidado. Tiene sentado a su lado en el Consejo de Gobierno a un vicepresidente que es capaz de grabar conversaciones de modo clandestino, lo que convierte en posible que pueda grabar algún día las deliberaciones secretas del máximo órgano ejecutivo de Canarias. Hemos diseccionado una parte de la conversación que el pasado 4 de mayo grabó a traición al ciudadano Benítez Cambreleng, denunciante de una trama de corrupción del PP, y les ofrecemos algunos fragmentos para que comprueben cómo embauca el vicepresidente del Gobierno. Por supuesto, hemos suprimido la voz del embaucado, que ha denunciado a Soria por difundir una grabación sin su consentimiento, y no nos da la gana de contribuir al sucio juego del vicepresidente del Gobierno. La voz de Soria interrogando al ciudadano y llevándolo al terreno que le interesaba registrar digitalmente es para pensarse mucho sostener con este personaje una conversación que pase del hola, qué buena mañana hace hoy.