En contraste con la comida soriana, donde ni oposición ni desafectos al régimen, situamos el almuerzo organizado por el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, donde el alcalde, Marco Aurelio Pérez, el más incomparable alcalde de este lado del río Pecos, ofició no sólo de anfitrión, sino casi de padrino. Allí estaba la Corporación en peso, oposición incluida, gerentes que antes fueron concejales incluidos, secretarios generales de los partidos, incluidos... Y si cabía alguna duda sobre la generosidad, conyuges y seres queridos de algunos periodistas, hermanos y hasta primos, incluidos también. Como lo leen, hasta primos. Ya en el colmo del buen rollito navideño, el gabinete de prensa convocó, y consiguió que vinieran, emisoras de radio que ni siquiera se escuchan en el municipio. No pudimos estar allí, aunque nos invitaron, pero los presentes nos juran que fue la mar de entretenido, con sorteos y todo. Como Dios manda.