Con la presencia de Paulino Rivero, José Manuel Soria y Jorge Rodríguez, entre otros miembros del Gobierno de Canarias, y de Carolina Darias, en representación del Gobierno central, Grisaleña empezó su discurso quejándose de lo mal que ha ido para Canarias 2009, con unas cifras de desempleo alarmantes, con una sanidad que “que no alcanza los niveles de eficiencia deseados”, y con una educación “que no funciona como debiera”. Los tres mantuvieron impasible el ademán, como hizo la delegada del Gobierno cuando el patrono jefe se refirió a lo alejadas que parecen las soluciones del Consejo de Ministros del pasado mes de octubre, o lo urgente que considera “la reforma del mercado de trabajo”, eufemismo que bajo el que la patronal hispana esconde el despido libre. Pero, para mejor proveer, Grisaleña hizo un guiño a Comisiones Obreras y a la UGT por “su diálogo” de aquí, “que debe servir de referencia a otros ámbitos”.