El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Un susto de agosto
No se asusten ustedes. O al menos eso es lo que nos aseguran desde la dirección de la refinería de la compañía Cepsa en Tenerife. El incidente radiológico de ?pequeña magnitud?, es decir, de Nivel 1 en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares, que es el número más bajito, aunque esta medición “se encuentra en España aún en período de prueba” según el Consejo de Seguridad Nuclear, no tiene la menor trascendencia. El problema se debió a la simple soldadura de dos tuberías. La unión debía ser comprobada con radiografías, que en este tipo de instalaciones se lleva a cabo con rayos gamma, es decir, con la fuente radiactiva Iridio-192, a través de un complejo mecanismo que finaliza con la simple activación de un mando a distancia que falló. Esto es normal si pasa en casa y nos olvidamos de cambiarle las pilas a la extensión de nuestro dedo, pero si se manejan fuentes de emisión contaminantes, pues la cosa se complica un poco. Cepsa hizo lo que debía y avisó al Consejo de Seguridad Nuclear, cuyos miembros se desplazaron a Canarias para proceder al retorno del material radioactivo a su contenedor original. Y asunto solucionado.
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