Pero si Soria y Paulino se debaten entre el suicidio político y aguantar en los duros y fríos bancos de la oposición, en Telde hay personas mucho más desesperadas. Por ejemplo, Guillermo Reyes, todavía concejal de Urbanismo, que no sabe ya qué hacer para convencer a alguien de que le dejen en el grupo de gobierno. Sin teta y con la información de canal comunitario se ha dedicado a respaldar ante los socialistas un pacto que deje fuera de la alcaldía a su bestia parda, Paco Santiago. Y para reforzar sus deseos, hasta se ha dirigido a algunos periodistas que hasta esta misma semana tenía catalogados como malditos. No recibirá calorcito, nos tememos, por lo que habrá de refugiarse en la radio talibán, cuya credibilidad y capacidad de influencia han quedado suficientemente acreditadas en esta campaña electoral. Nuestros respetuosos saludos y adelante.