José Miguel Bravo de Laguna ha encendido todas las alarmas dentro del Partido Popular de Canarias. A la contestación (con sordina, pero contestación) que ya se registraba en el seno del partido por el escándalo del Estadio Insular, se sumará de inmediato el fichaje de este tránsfuga. Y no porque en el PP se rasguen las vestiduras ante comportamientos políticos indecentes, sino porque para reforzar su poder en el Cabildo mediante los métodos más deplorables y vulnerando los pactos antitransfuguismo, Bravo está poniendo en peligro otras joyas de la corona, como el Ayuntamiento de Telde. Aunque en Coalición Canaria niegan con rotundidad cualquier reacción distinta a la de expulsar a Hernández Lobo, es evidente que lo ocurrido este lunes con este ex dirigente nacionalista constituye una declaración de guerra no ya a la sede insular del partido, que la tenía declarada, sino a Coalición Canaria de Telde, que hasta este momento trataba de salvar su pacto con María del Carmen Castellano argumentando que todo no tiene por qué ser extrapolable. Este martes habrá reunión extraordinaria de la ejecutiva insular de CC en Gran Canaria donde, si nadie lo remedia, se expulsará a Hernández Lobo, y de donde saldrá la consigna de no hablar de Telde hasta nueva orden. Pero si los cálculos no nos fallan, haría bien María del Carmen Castellano en hacer las cuentas para su próxima declaración de la renta, porque en 2013 va a declarar poco más de medio sueldo como alcaldesa en 2012.