Nada más alejado de nuestra intención que sugerir siquiera que se retiren las ayudas a los trabajadores públicos que prestan sus servicios en el Parlamento de Canarias. Pero realmente es llamativo que en los tiempos que corren, con recortes drásticos y hasta dramáticos en todas las Administraciones, haya una en esta autonomía que mantenga y amplíe para los suyos ayudas par estudios, prestaciones médicas, seguro de vida y accidentes, premios de jubilación, premio de permanencia, ayuda a la natalidad, ayudas por sepelio, plan de pensiones... Y nada les decimos si se atreven ustedes a entrarle a la letra pequeña de las prestaciones, porque será entonces cuando descubran que con el presupuesto del Parlamento se cubren hasta las gafas y una revisión urológica anual (sólo caballeros), 458 euros por cada hijo y 917 por gastos de sepelio del titular de la ayuda o sus beneficiarios. Más de 6.000 euros de premio por jubilación y a todo el personal de la Cámara, un seguro de vida que cubra la muerte por cualquier causa (75.000 euros; 150.000 por accidente) o la incapacidad permanente o absoluta para todo tipo de trabajo, derivado o no de accidente laboral (75.000 euros). No está gustando nada la idea en el resto de la Administración autonómica. Y no quieran saber cómo se va a poner don Pepito.