El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
La foto del millón de euros y otras cosas de comer
Dicen los amantes del baloncesto -que además entienden mucho de marketing- que la visita a Gran Canaria de la selección americana de basket va a reportar a la isla una resonancia mundial sin precedentes, que la captación de turistas por esa repercusión mediática se apreciará de inmediato en las reservas en hoteles y apartamentos, y que el retorno que supondrá esta inversión es de unos 80 millones de euros. No hemos exagerado lo más mínimo, así está dicho y publicado. Una inversión de 640.000 euros, a los que hay que sumar otros gastos colaterales que acercarán la cifra al millón, nos va a generar un retorno de 80. Habrá que creerlo. La primera muestra de la presencia del Team USA en Gran Canaria fue una fotografía distribuida por los servicios de prensa del Cabildo en la que se ve a los jugadores junto al consejero de Deportes del Cabildo, Lucas Bravo de Laguna, que en lugar de escoger una camiseta alusiva a la isla que paga el festín, se embutió para la ocasión en un polo muy cool, del equipo americano de carreras en lanchas rápidas (super boat), con la bandera USA y un señor jugando al polo cual escudo gigante de la marca de la prenda. Seguro que el Niño Bravo llevaba meses dando vueltas a qué ponerse para una ocasión tan singular, porque como se podrán imaginar, todo esto sólo tiene un retorno comprobable, el del chovinismo, el de la rentabilidad personal y política, el del capricho que a costa del bolsillo de todos los grancanarios se ha permitido este señor. Todo ello, claro está envuelto en una comprobada afición al basket que hay en la isla, pero que no supera el aforo del flamante Gran Canaria Arena, de cuyo marcador electrónico todavía no se ha empezado a hablar con fundamento, ni siquiera por la nitidez con la que se vio reflejada en él la imagen de José Manuel Soria el día que le premió el respetable con una de las pitadas más sonadas de su carrera política.
Un ‘producer’ histérico
La traída de la selección americana de baloncesto ha despertado la lógica expectación local, estaría bueno que no, y ya veremos el efecto que tendrá sobre las estadísticas de turistas americanos, que seguramente se volverán locos por conocer el Gran Canaria Arena o el pabellón de El Tablero, mucho más avanzados que los que tienen en la NBA, dónde va a parar. O quizás vengan a retratarse junto a ese consejero de Deportes tan sandunguero que se ha estallado tamaña pasta con la excusa de que la ocurrencia generará mucha riqueza para su isla. De momento, insistimos, solo tenemos el esfuerzo por la rentabilidad personal y política de este gasto público. Y no solo con la fotografía del niño, sino con la que se armó por la tarde junto a las dunas de Maspalomas. Una buena idea, la de retratar a las estrellas americanas en un lugar representativo (solos y junto a la familia Bravo), se vio eclipsada por la histeria del responsable de una empresa externa contratada por el Cabildo, que abroncó a policías y a periodistas por un quítame allá esas credenciales, que tengo aquí a la CNN y a Telecinco y un plumilla local no me llega tarde. Las estrellas y los medios mundiales se marcharán y el “producer” se quedará lidiando en este valle de lágrimas con los medios isleños y con Mariano y sus Famosos, el fotógrafo contratado para la ocasión por el Ayuntamiento de San Bartolomé, que también se llevó su correspondiente bronca por pretender retratarse con los americanos. Por cierto, las rigideces de los producers locales contrastaba con el desenfado de las estrellas USA, que se prestaron a los autógrafos y a los selfies sin mayores pendejadas.
Cuerno de Clavijo a Bañolas
Si alguien creía, como decía Fernando Bañolas, que el mes de agosto iba a ser inhábil a los efectos de la carrera electoral en Coalición Canaria, estaba muy equivocado. Empezando por el mentado Bañolas, secretario general de la cosa en Gran Canaria, al que ha sorprendido de visita privada en Nueva York el cuerno que le acaba de meter su líder espiritual Fernando Clavijo, alcalde de La Laguna y candidato a suceder a Paulino Rivero en la lista autonómica de 2015. Porque Clavijo acaba de convocar para el 2 de septiembre, dos días antes de que expire el plazo de acopio de avales, y diez antes de la decisiva reunión del Consejo Político Nacional, al Consejo Político Insular de Tenerife para que se pronuncie sobre cuál es al candidato que ese órgano habrá de apoyar. La noticia no es lo que pueda ocurrir en esa reunión, donde salvo los votos airados de Santa Cruz y de Arona habrá cierre de filas en favor del candidato que quiere volver a levantar la bandera de la resucitada ATI, sino en los efectos que esa reunión va a tener en Gran Canaria, donde se anatemizó por completo. Porque seis comités locales de CC en esa isla pidieron hace unas semanas a Bañolas que convocara justo para el 2 de septiembre al Consejo Político Insular con el fin de que se decidiera cuál de los dos candidatos era el preferido. Y Bañolas, tras pedir que le certificaran esas disidencias, decretó que agosto era inhábil para gestionar nada parecido a eso. En Tenerife, sin embargo, agosto es más hábil que Clavijo, cuando se pone hábil.
Nadie tiene el triunfo amarrado
Lo que se va a escenificar el día 2 en Tenerife es el respaldo mayoritario (se habla del 85%) de Coalición Canaria de Tenerife al que hoy es su secretario general, Fernando Clavijo, para que sustituya en la carrera presidencial de 2015 a Paulino Rivero, que paradójicamente no tiene el apoyo de su isla natal. Pero, ¿por qué hace esto Clavijo? Es un gesto de fuerza, evidentemente, porque transmitir a la organización regional que la isla de la que es natural y vecino Rivero no le apoya puede evidenciar debilidad. Sin embargo, el resultado puede ser contrario al pretendido porque la debilidad podría estarla demostrando quien necesita estos golpes de efecto a la vez que sus más activos seguidores juran por la cobertura de su móvil que tienen controlado el proceso y que Rivero morderá el polvo el 12 de septiembre. Esa seguridad en el triunfo también se debilita de alguna manera cuando los clavijistas rechazan la oferta de acuerdo de los paulinistas de que el candidato que menos votos obtenga el 28 se aparte de la carrera aunque el contrario no alcance los preceptivos tres quintos. O cuando respaldan que Bañolas no convoque al comité político de grancanaria para un debate a cara de perro sobre cuál es el candidato preferido de la isla. No está tan clara la correlación de fuerzas, porque si es evidente la fortaleza de Clavijo en la isla que controla, la cosa se presenta muy complicada en Lanzarote y Fuerteventura, donde a su tibieza en condenar las prospecciones petrolíferas se une su querencia a un pacto futuro con el PP. O en La Palma, donde Antonio Castro apenas controla un tercio de los votos de la militancia cualificada en la isla frente a los grupos que encabezan Perestelo y José Ramón Hernández hasta el punto de declarar que hará lo que díga la ATI rediviva.
Zerolo, en La Laguna
Nada de esto tiene que ver, sin embargo, con la llamativa presencia de Miguel Zerolo el pasado jueves en el Ayuntamiento de La Laguna. Las versiones se contradicen de manera extraordinaria, porque mientras algunos aseguran que hasta allí se acercó el senador y ex alcalde de Santa Cruz para despachar con el alcalde lagunero, Fernando Clavijo, desde el equipo más allegado a éste aseguran que nada de nada, que en todo caso el condenado por el caso García Cabrera se habría dejado caer por allí para arreglar sus asuntos, que por algo es vecino de esa ciudad. Es evidente que Zerolo, pese a su caída en desgracia, es un tótem de la vieja ATI que ahora trata de volver por sus fueros, y que una palabra suya bastará para sanar a cualquier candidato en liza. Es evidente que Paulino Rivero no es ya santo de la devoción zeroliana. Primero, porque el actual presidente se ha empeñado en demostrar a las restantes siete islas que hay vida más allá de Tenerife, y segundo, porque no movió un solo dedo por salvar el trasero de quien acabará su vida política con el marchamo de corrupto sobre su biografía en Wikipedia.
El cierre de El Novillo Precoz
¿Quién será esa vecina de la calle Portugal, en Las Palmas de Gran Canaria, que ha conseguido cerrar un restaurante manu militari? ¿Qué intereses rodean el cierre fulminante de un histórico establecimiento, con licencia municipal desde hace 45 años, porque a una vecina, sólo a una vecina, le molesta el olor a leña que sale de su chimenea, dos metros por encima del edificio? ¿Por qué el Ayuntamiento no inspecciona las obras de mejora que el restaurante se ha visto obligado a hacer para impedir cualquier salida de humos molestos? ¿Cómo es posible que la Policía Local se persone a ejecutar el cierre a las once de la noche y obligue incluso a cancelar una reserva prevista para esa hora? Algo huele muy mal en la calle Portugal y no es el humo de los extractores del restaurante El Novillo Precoz, un histórico establecimiento por el que han pasado miles y miles de amantes de la buena carne y centenares de famosos que han llenado sus paredes de autógrafos y felicitaciones. La familia que lo regenta ya no sabe qué hacer. Sumida en las consecuencias que la crisis también ha dejado en el sector de la restauración, ha tenido que invertir lo indecible para corregir unos efectos del humo de sus extractores que solo molestan a una vecina, que llegó veinte años después al barrio. El olor que le molesta es el de la brasa de la leña, y ante su denuncia, la respuesta municipal ha sido expeditiva: precinto sin revisar la eficacia de las medidas tomadas. Justo lo contrario que ocurrió con un famoso restaurante de la calle Malteses, el casa Jorge, que jamás fue cerrado a pesar de las denuncias vecinales y a pesar de que una sentencia obligaba al consistorio a hacerlo de manera fulminante. La respuesta municipal, en aquel caso, fue que cada vez que la autoridad se constituía en el local había clientes dentro y no iban a echarlos. Justo exactamente lo que han hecho en el Novillo. Ya les contaremos que poderes tiene esta vecina para conseguir lo que parecía imposible.
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