Hay una verdadera fiebre contagiosa de las administraciones públicas canarias por el concurso bien hecho, el de la máxima transparencia y el que no pueda ser tumbado por la Unión Europea bajo ningún concepto. El que ha hecho público Dulce Xerach Pérez para las campañas del Día de Canarias y “Una tierra única”, desde la Viceconsejería de Cultura, es de los que demuestran el cuidado escrupuloso que se está teniendo para que nadie pueda sospechar lo más mínimo. No vamos a entrar en consideraciones subjetivas, que ya saben cómo nos ponemos de majaderos. Sólo nos detendremos a hacer una simple suma, con la pachorra que nos caracteriza: observando los criterios de evaluación de las ofertas y la ponderación que el jurado aplicará, nos encontramos con que 50+20+20 son 90, es decir, que debe haber por ahí suelto, flotando en el ambiente como un ectoplasma, un 10% de ponderación que no se sabe muy bien a criterio de quién queda. El 50 es para evaluar el plan de medios, y los restantes 20 son para la oferta económica y las mejoras, respectivamente. ¿Y el 10? Tico-tico, menorico, salta la vaca del 25.