La ley de contratos obliga a las corporaciones a incluir en los pliegos de concursos de prestaciones de servicios la subrogación del personal de la contrata saliente por parte de la entrante. Pero como quiera que no se trata de un cambio de contrata porque Soria no adjudicó la recogida del reciclaje mediante concurso, a lo más que ha llegado el Ayuntamiento es a arrancar un compromiso de FCC de hacerse con el personal de Clusa que necesite para complementar su plantilla y prestar el nuevo servicio encomendado. Pero cuando pidieron a la empresa de Camilo Álvarez la relación de trabajadores adscritos al servicio en Las Palmas de Gran Canaria, contestaron que eran 41 trabajadores, cuando en realidad no pasaban de 15. Una vez se les hizo ver que esa cifra era imposible (hubiera alcanzado para reciclar y para limpiar media ciudad), Clusa reconoce el error y rebaja la cantidad a 29. Y en esas están ahora el Ayuntamiento, Clusa y FCC, tratando de recolocar a unos trabajadores que llevan meses sin cobrar gracias a la brillante gestión de Clusa, defendida por el PP, el mismo que metió a la ciudad en ese berenjenal.