Y ustedes se preguntarán qué pintaba en las Casas Consistoriales de Santa Ana una histórica silla de barbero, instalada en los pasillos de la tercera planta que rodean el patio central del histórico edificio. Se trata de uno de los muebles y enseres adquiridos durante el mandato de Pepa Luzardo a los propietarios de la barbería Trujillo, que cerraba sus puertas en su sede de la cercana calle de Los Balcones. El lote, adquirido por unos 7.000 euros por decisión de la concejal Alejandra Fabre, incluyó, además de esa pieza, todo el mobiliario propio de un establecimiento así: sillón de niño, sillas de espera, perchero, mesa con mármol, lámparas y todos los utensilios propios de una actividad así, desde las navajas y sus suavizadores, hasta las brochas y los cuencos para la espuma. Todo estaba guardado en los almacenes municipales y el actual jefe de protocolo decidió rescatarlos y colocarlos allí al percatarse de que en esa planta de las Casas Consistoriales era imposible colgar cuadros por la fuerte incidencia solar.