Con el nuevo auto del TSJC, esta vez rechazando el recurso del denunciante con un nuevo juego malabar (ahora la Sala aclara que no archivó la denuncia sino que ni siquiera la llegó a admitir, proceso para el que empleó más de dos meses)el alto tribunal canario vuelve a dar un nuevo paso de alejamiento de los ciudadanos. No por archivar, sino por ni siquiera haber abierto una leve investigación que llevara a los miembros de la Sala a valorar al menos el calibre de las mentiras, su influencia en procesos penales en curso o las motivaciones del denunciado. Y del denunciante, si fuera menester. Si el propósito perseguido es que los ciudadanos no denuncien jamás a un aforado, lamentablemente estamos seguros de que el TSJC lo ha conseguido. Le felicitamos nuevamente por ello. No hace falta que investiguen a Soria, ni al consejero del Poder Judicial que intercedió por un cuñado en el mismo negocio eólico (no sabemos si en el ejercicio de su cargo o jugando al mus)... Investiguen a los ciudadanos de a pie, que les será mucho más cómodo y llevadero.