El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Tenemos este otro vídeo de las vacaciones de Soria
Gracias a 45 suscriptores de Canarias Ahora hemos podido realizar este pasado mes de septiembre el reportaje con el que ayer abríamos nuestra edición conjuntamente con eldiario.es. 45 suscriptores de los dos centenares que ya forman parte de la comunidad de personas que respaldan a este periódico para que pueda seguir ejerciendo el periodismo libre que nuestros lectores –con todo su derecho- nos exigen. A esas personas les damos las gracias, al igual que hacemos por adelantado a los que queremos que nos empiecen a apoyar suscribiéndose.
Para reconstruir cómo fueron las vacaciones de José Manuel Soria en el hotel Breathless Punta Cana Spa & Resort y verificar la versión que ofreció ante la justicia en la demanda civil de protección al honor que interpuso contra Ignacio Escolar, la editora de eldiario.es y contra este periodista, decidimos que lo mejor era plantarse allí y vivir su misma experiencia. El resultado no ha podido ser más fructífero (desde el punto de vista periodístico, no se lancen) porque además de confirmar nuestras primeras informaciones acerca de la estancia allí de Soria y su esposa y el carácter de huésped VIP invitado por la propiedad, pudimos desmontar una vez más la maraña de mentiras que el ministro de Industria, Energía y Turismo acostumbra a tejer a su alrededor cuando de lo que se trata es de a) intentar justificar un comportamiento indecente y b) matar al mensajero. La versión mendaz que una vez más ofreció al juzgado difiere ampliamente de la realidad, como les hemos contado: Soria no estuvo dos noches en el hotel del Grupo Martinón, sino cuatro, y se ponga como se ponga estuvo invitado por el propietario porque disfrutó de una suite y de unas comodidades muy por encima de las que están al alcance de los huéspedes que reservan habitaciones estándares. Este periodista ocupó una de ellas, la 1173, y como consta en nuestra factura –que nosotros sí tenemos y podemos enseñar tan ricamente- pagamos el equivalente a más de 280 euros por noche por una sola persona en régimen de todo incluido, el único admitido en el establecimiento. A tenor de las contestaciones que ofreció este miércoles a la cadena Ser Las Palmas, el señor ministro no puede presumir de lo mismo. “Todo lo que yo tengo que decir se lo he dicho a mi abogado y lo tiene el juez”, dijo en tono apocalíptico con el indisimulado deseo de que a los periodistas que tiene demandados les que caiga todo el peso de la ley. Y ¿qué es todo lo que tiene el juez? Poca cosa: su versión, que es tan fiable como como el sistema de reducción de gases de un motor Volkswagen, y un comprobante de haber pagado en ese establecimiento poco más de 14.000 pesos dominicanos con su tarjeta Visa. Con la fuerza de esos dos elementos, nuestro abnegado ministro pretende demostrar que invadimos fatalmente su honor al afirmar que estuvo allí “invitado” por el propietario. Frente a esa batería de pruebas, las nuestras son incontestables, y no les vamos a aburrir contándoles lo que ya seguramente conocen a estas alturas.
Por qué dijimos que sabíamos lo que hacía
Algunos lectores nos reprocharon en agosto pasado, cuando publicamos el reportaje objeto de la demanda del señor Soria, que empleáramos el término “invitación” en lugar del de “gratuidad”, que huyéramos de calificar de “gratis” sus vacaciones cuando en realidad alguien podía deducir que una “invitación” equivalía a que no pagara un euro. En este periódico conocemos a José Manuel Soria como si formara parte de la plantilla, incluso diría que algunos lo consideramos nuestro mentor comercial, nuestro mejor director de marketing. Sus ataques a Canarias Ahora desde que nos conoció, hace ya la friolera de quince años, no sólo no han alcanzado su propósito de cerrarnos sino que nos han hecho más fuertes. Nuestra gratitud no llega a la que profesamos por nuestros suscriptores, pero está ahí, a puntito. Como lo conocemos y sabemos cómo ha actuado en otras ocasiones, sospechábamos que iba a salirnos con algún pago fantasmagórico que anulara cualquier afirmación nuestra sobre la gratuidad. Lo hizo con el chalet de Esquivel y con las vacaciones en Anfi del Mar. Y así ha sido, ha repetido su esquema. Por eso al día siguiente de que anunciara demanda, sin haberla leído si quiera, publicamos un comentario en esta sección en el que avisábamos a nuestros lectores de que conocemos el andar de la perrita, y gracias a ese conocimiento, sabíamos por dónde iba a venirnos y, consecuentemente, cómo le íbamos a ir nosotros. Y ahí lo tienen, en todo su esplendor, con su soberbia desplegada como la cola del pavo real, aferrándose a su escuálida verdad y a su recibito de Visa. Está perdido. No sólo podremos demostrar ante el juez y ante nuestros lectores que buscamos la verdad de modo diligente y que en esa búsqueda podremos equivocarnos pero no mentimos, sino que además estamos en condiciones de afirmar que una vez más nuestro ministro de Turismo miente como un bellaco.
De acuerdo con Martinón
Soria no sólo ha torcido la realidad al presentar falsedades en una demanda judicial en la que reclama cantidades a unos particulares, lo que parece que tiene su correspondencia en el Código Penal. También lo hizo públicamente cuando el pasado 10 de agosto ordenó a sus servicios de prensa del Ministerio de Industria que difundieran un comunicado que también era falso. Hablaba de la gratuidad de sus vacaciones, término que, como ha quedado dicho, jamás empleamos, y hablaba de facturas, y en varias ocasiones. En él se podía leer, entre otras cosas, que “la realidad es que el ministro Soria pasó dos noches en el citado hotel, las cuales fueron abonadas previa factura con su tarjeta de crédito”. En esa misma línea también se pronunció, con un comunicado público insultante, la empresa propietaria del hotel, el Grupo Martinón: El matrimonio Soria se hospedó “solamente dos noches la primera semana de este mes de agosto y el huésped abonó la correspondiente factura mediante tarjeta de crédito”. “Previa factura”, dice Soria, “la correspondiente factura”, dice el Grupo Martinón. Pues bien, ¿dónde está esa factura? Y que conste que nosotros la pedimos en el hotel, a uno de sus subdirectores, que muy amablemente declinó contestar a cualquiera de nuestras preguntas sobre la estancia de Soria en aquel lugar. Pero, ¿dos noches? ¿Por qué dos noches? Muy sencillo, porque ambas partes conocían que Soria sólo había pagado 14.000 pesos dominicanos y que con esa cantidad, equivalente a 300 dólares, 283 euros, es muy difícil justificar las cuatro que el matrimonio Soria pasó en el establecimiento, según consta en la ficha de cliente a la que este periódico tuvo acceso: entró el 2 y salió el 6 de agosto, y no el 4, que es justo la fecha que consta en el resguardo de la Visa de Soria. Todo estaba calculado, pero la mentira tiene las patas muy cortas y parece que ha llegado hasta aquí.
Juan Santana, en su salsa
Cuando publicamos la primera entrega de las vacaciones caribeñas de José Manuel Soria, no sólo él se puso hecho un basilisco. En las redes sociales se desmelenó insultándonos a troche y moche un cargo de confianza del Ministerio de Industria, el inigualable Juan Santana, encargado de las actividades clasificadas, molestas e insalubres del señor ministro. Ayer montó un auténtico pollo en los estudios de la cadena Ser en Las Palmas al descubrir la presencia de una periodista de Canarias Ahora, Macame Mesa, y de un reportero gráfico que cámara en ristre trataba de inmortalizar los sofismas de su jefe. Minutos antes de su entrevista con Evaristo Quintana, mientras Macame esperaba en la calle la llegada del ministro, fue abordada por el tal Santana en un tono inquisitorial y poligonero que otros periodistas estarán en la obligación o la devoción de aguantar pero que nosotros vamos a denunciar cada vez que se produzca. Lo que quería saber el encargado de la sección de “llévame el neceser, Juanito” era, primero, de qué medio éramos, y segundo, con qué pregunta íbamos a perturbar la paz interior de su zeñorito. Su malcriadez tiraba para atrás. Cuando supo de qué se trataba, su respuesta no pudo ser más reveladora del talante que adorna a este cargo público que cobra de nuestros impuestos: “Nosotros no leemos panfletos”. Ni panfletos ni nada, por desgracia. Si hubiera leído algo en su vida al menos sabría comportarse con un mínimo de educación.
Otro vídeo
El material videográfico y fotográfico que recopilamos en Punta Cana ya lo conocen ustedes, al menos en parte. Es un hotelazo de lujo el que usaron el señor Soria y su señora para su primera parte de las vacaciones de este agosto y eso da mucho juego. La segunda parte de las vacaciones, como también informó este periódico en exclusiva, volvió a situarse en el hotel Volcán Lanzarote, pero a ese todavía no hemos ido a comprobar el grado de mimetización con el departamento de Administración y Gerencia que el señor ministro tiene. De momento les recomendamos que se queden con este otro vídeo que hemos montado para que conozcan con más detalle cómo fue la fiesta del matrimonio Soria. Mañana, más. Ah, y gracias por apoyarnos, y si eres de los que todavía no nos apoya, suscríbete aquí mismo.
Sobre este blog
El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora