Algún maleficio ha de haber en la Sección Primera de lo Contencioso-Administrativo del TSJC para que, en los grandes momentos procesales, haya que sustituir a algún magistrado deprisa y corriendo. Porque también en este asunto, que fue remitido al Consejo General del Poder Judicial, se produce una sustitución de emergencia, y de nuevo en favor del mismo magistrado, Alfonso Rincón González-Alegre, que es designado como tal el mismo día 31, también de manera secreta, por lo que parece. De este modo, el que iba a ser ponente, Gómez Cáceres, desaparece de repente de la mesa de operaciones, dejando al frente de la intervención a Jamie Borrás, flanqueado por Javier Varona y el siempre dispuesto Rincón González-Alegre. Pues bien, en horas 24, y con una celeridad digna del libro de los récords, esta Sala recibió los autos, formó rollo de apelación, otorgó número a los autos, designó magistrado ponente, cambió de magistrado ponente, modificó su composición, nombró magistrado suplente, deliberó, votó, falló y redactó el auto de apelación. ¿A qué no saben a quién dio la razón la Sala? ¡Bingo!, a Santana Cazorla, que gracias a este auto podía volver a contratar obra pública con el Ayuntamiento de Telde.