Fue un espejismo. El lunes parecían haber recuperado sus funciones los mandos a distancia de los garajes y la apertura, cierre y encendidos electrónicos de los coches que se mueven en los alrededores de la Comandancia Militar de Marina en Las Palmas de Gran Canaria. El martes ya volvíamos a recibir llamadas y mensajes de nuestros lectores, vecinos de la zona de Luis Doreste Silva y alrededores de la Fuente Luminosa, muy cabreados al enterarse de que lo que vienen padeciendo no eran fallos de sus propios artilugios electrónicos, sino más que probablemente los efectos de inhibidores de frecuencia o interferencias similares que anulan la operatividad de los mandos. Algunos han contado cómo han tenido que mover sus coches con una grúa para alejarlos del foco de sus desvelos y poder abrirlos o ponerlos en marcha. Otros han optado directamente por dejarlos abiertos ante la imposibilidad de poder acceder a ellos la mañana siguiente.