Han quedado profundamente decepcionados los que creían que habían ganado la batalla de la insensatez, los que se frotaban las manos pensando que sus frustrados proyectos de gestión cultural iban por fin a tener calorcito institucional aupados por el fracaso de un éxito colectivo como es el festival Womad de Las Palmas de Gran Canaria. Se quedan con tres palmos de narices los que querían pasar por las armas cualquier cosa que por asomo oliera a saavedrismo o a socialismo sin más justificación que la vendetta. Al final habrá Womad en noviembre de 2011 y queda muy madura la posibilidad de que también se celebre en 2012 y 2013. Bastaba con abandonar la senda de las amenazas públicas, las grandes lamentaciones y las más baratarias argumentaciones. Sólo hacía falta sentarse a negociar, exponer a Womad los posibles y adaptar a ellos el festival. Pero para eso era preciso querer que se celebrara, y todas las declaraciones previas apuntaban en la dirección contraria. Rectificar es de sabios y tras las críticas aquí expresadas felicitamos al Ayuntamiento y a su alcalde por la decisión. Por cierto, debemos entender que las sospechas arrojadas sobre las cuentas del festival han quedado disipadas una vez se han aceptado cantidades y condiciones. Es bueno no dejar rendijas mal intencionadas.