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Los compromisos medioambientales de EMALSA, claves en la gestión de los recursos hídricos y el crecimiento sostenible

Potabilizadora de Emalsa en Barranco Seco, Gran Canaria

Canarias Ahora

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La Empresa Mixta de Agua de Las Palmas (EMALSA), dedicada a la gestión del Ciclo Integral del Agua desde hace 38 años, refuerza su compromiso de hacer compatible el crecimiento económico de la Isla con una adecuada preservación del medio ambiente, en la línea de los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos en la Agenda 2030, mientras continúa ofreciendo una elevada calidad del agua de consumo humano, concretamente, la tercera mejor de España, según la OCU.

Servicios esenciales como el agua, explica la compañía, juegan un papel fundamental en el cumplimiento de tales objetivos. El desarrollo experimentado por Las Palmas de Gran Canaria no se concibe sin un acceso al agua en calidad y cantidad, añade. De hecho, Naciones Unidas señala precisamente el acceso al agua como uno los factores clave para la lucha contra las desigualdades o contra los efectos del cambio climático.

EMALSA centraliza la gestión y el cumplimiento de sus compromisos medioambientales a través de su Área de Calidad y Sostenibilidad. Además, dispone de una Comisión de Medio Ambiente, conformada por la Dirección General, Dirección de Operaciones, Dirección Técnica y Comercial, Subdirección de Producción, Subdirección de Explotación, Subdirección Jurídica y Subdirección de Calidad y Sostenibilidad, incluyendo el Laboratorio de EMALSA. En esta comisión se abordan los asuntos más relevantes en materia medioambiental que acontecen en el seno de la empresa, realizándose un seguimiento periódico de los mismos, detalla.

La empresa mixta evalúa anualmente el grado de consecución de estos compromisos y establece medidas para reducir, evitar o controlar los impactos sobre el entorno. Esta evaluación se realiza partiendo de una serie de factores clave como el consumo de energía, combustible, gases, materiales de obra, productos de limpieza, papel y, por supuesto, también el de agua.

El uso más sostenible de los recursos hídricos pasa por una diminución del volumen de los residuos de cribado en alcantarillado, concretamente de un 56,19%, gracias a la instalación de compactadores, lo que supone también una disminución de transporte de dichos residuos. En cuanto al agua de captaciones, también se ha producido un descenso significativo: hasta 21,21% en pozos y sondeos. Gracias a un control exhaustivo del agua de riego, se ha disminuido en un 31% el depósito de almacenamiento de agua para consumo humano.

Las estaciones depuradoras de aguas residuales de Barranco Seco y Tamaraceite también han disminuido su consumo de agua para consumo humano, gracias a la utilización de agua regenerada como agua industrial, lo que implica la reutilización de subproductos como materias primas en la cadena de valor. Así mismo, la estación de Barranco Seco y el Laboratorio de EMALSA han reducido, respectivamente, sus consumos de productos químicos y de energía. Además, a raíz del COVID-19 y de los ajustes realizados en los procesos de trabajo y de aprovechamiento de recursos, la empresa confirma que ha reducido un 36% su gasto en papel de oficina respecto a 2020, una cantidad equivalente a 22 árboles según los criterios de la American Forest & Paper Association.

Para la identificación de los principales impactos y riesgos en el ámbito medioambiental, EMALSA considera tanto las instalaciones donde desarrolla su actividad, como aquellas en las que lleva a cabo la gestión empresarial. Para la prevención de tales riesgos, se establecen acciones concretas y se evalúa periódicamente su eficacia. Así, durante el ejercicio 2021, no se registró ninguna incidencia reseñable en el cumplimiento de las normativas, lo que confirma el compromiso de la empresa mixta con el respeto al Medio Ambiente.

En esta línea, y en cumplimiento con la legislación vigente, EMALSA ha desarrollado un Plan Sanitario del Agua, donde se describe la sistemática para la identificación de riesgos desde la captación del recurso hídrico hasta el punto de entrega del agua de consumo humano al ciudadano. El plan también recoge la mitigación de riesgos a través de medidas correctoras adecuadas. La identificación de los riesgos se realiza según los estándares del Ministerio de Sanidad y de la Asociación Española de Abastecimiento de Aguas y Saneamiento (AEAS).

Así mismo, EMALSA dispone de un Plan de mejora de la eficiencia y el rendimiento, que se enmarca dentro del Plan Estratégico de la empresa para 2017-2023. Este documento recoge acciones encaminadas a lograr una gestión más eficiente de los recursos hídricos. Dichas acciones incluyen la renovación de redes de distribución, de transporte y de captaciones, así como el seguimiento de sectores y la impermeabilización de depósitos.

Además de todas las medidas mencionadas, la empresa mixta también ha puesto en marcha una Plan de renovación de membranas de ósmosis inversa, la técnica empleada en el proceso de desalación de agua de mar que supuso el salto cualitativo en el sector a nivel mundial y que lleva funcionando con éxito en la planta desaladora Las Palmas III desde hace más de 30 años. Este plan contempla la sustitución gradual de las membranas por otras de mayor eficiencia, permitiendo obtener un mayor volumen de agua desalada a partir del mismo volumen de agua de mar.

Por otro lado, para las captaciones de agua subterránea, EMALSA lleva a cabo un minucioso control y seguimiento del volumen extraído, con el objetivo de no superar los niveles autorizados por el Consejo Insular de Aguas, contribuyendo así a mantener el nivel freático de las aguas subterráneas de la isla de Gran Canaria.

EMALSA también cuenta con un completo programa de gestión del mantenimiento, en el que se planifica el trabajo de mantenimiento preventivo de todos los equipos. Para su realización, se contemplan tanto las indicaciones de los respectivos fabricantes como otras medidas específicas implementadas por la empresa para optimizar el funcionamiento y conservación de cada elemento de la cadena productiva, desde la maquinaria hasta los grupos.

En este sentido, EMALSA efectúa renovaciones periódicas de aquellos equipos que, debido a su obsolescencia, hayan agotado su vida útil o resulten menos eficientes. Adicionalmente, dispone de contratos de renting de vehículos para mantener una flota actualizada con una edad media de cuatro años, con objeto de minimizar averías e incidencias que pudieran generar más gastos o residuos.

La empresa también incluye dentro de su política la evaluación e integración de la economía circular, orientada a la maximización de la productividad de los recursos empleados para su actividad, así como la reutilización del agua depurada, con especial atención a su uso en cultivos y en el riego de parques y jardines municipales. Precisamente, la disminución del consumo de agua en las estaciones depuradoras de Barranco Seco y Tamaraceite en los últimos años ha sido posible gracias a esta reutilización de agua regenerada como agua industrial.

EMALSA promueve e incentiva en sus centros de trabajo la correcta gestión de los residuos, promoviendo su reciclaje, para lo cual ha elaborado un documento de Pautas Medioambientales distribuido a todos los trabajadores de la compañía y partes interesadas. En estas pautas, entre otros aspectos, se indican las instrucciones básicas para la segregación y gestión de tales residuos. La empresa cuenta con envases separativos para la segregación de residuos sólidos urbanos en todas sus dependencias. Además, dispone de zonas de almacenamiento de residuos habilitados con el material necesario para su adecuada segregación y acopio.

La política medioambiental de la empresa mixta también promueve la reducción del consumo de materias primas respetando el marco normativo vigente aplicable en cuestiones medioambientales. Para la optimización del uso de tales materias primas, EMALSA desarrolla iniciativas estratégicas encaminadas a la disminución del consumo de productos químicos, entre las que destacan las relativas a la estación depuradora de Barranco Seco.

La empresa mantiene y conserva no solo sus instalaciones, sino el entorno en el que se encuentran. Dichas instalaciones cuentan en la mayoría de los casos con vallado perimetral, que favorece el mantenimiento del entorno natural, evitando su deterioro por la acción humana. Además, en algunas de estas instalaciones se conservan ejemplares de especies endémicas, tales como la flor de mayo leñosa y la palmera canaria, en cuyo cuidado, mantenimiento y conservación también colabora EMALSA.

EMALSA produce además energía renovable mediante una planta fotovoltaica instalada en el centro de trabajo de Las Brujas, con capacidad de 13.246 kWh, y tiene en proyecto ejecutar otras tres plantas.

Unas infraestructuras modernas y eficientes constituyen, en suma, un factor tan determinante como los compromisos que una empresa adopte en materia medioambiental, explica la empresa. Por eso, el Plan Estratégico de Infraestructuras Hidráulicas, presentado por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y EMALSA, prevé un centenar de actuaciones a lo largo de la próxima década, entre las que se incluyen la mejora y ampliación de las actuales redes de abastecimiento, además de la puesta en marcha de nuevas infraestructuras y la mejora de las existentes, con el consiguiente incremento de su rendimiento y eficiencia. Todo ello se traducirá en una mayor aportación a la economía local pero, sobre todo, a la creación de empleo de calidad de la mano del medio ambiente.

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