Arte en el interior del árbol
Estar dentro de uno de los grandes espacios de madera abovedados de Andy Goldsworthy (Cheshire, Inglaterra, 1956) puede ser una experiencia increíblemente intensa. Sus obras están construidas con ramas y troncos de árbol estrechamente apilados, que dejan entrar poca o ninguna luz del día, la oscuridad resulta desorientadora y los ojos necesitan un rato para acomodarse. Una completa muestra de este quehacer artístico se ofrece hasta mediados de enero en el Museo Reina Sofía de Madrid.
Construidas para autosostenerse por completo, o con las mínimas sujeciones, la aparente inverosimilitud de estas estructuras impacta y desconcierta. Sin embargo, no falta tampoco el factor de calidez que impregna la madera. Las obras de Goldsworhty ofrecen una intensa experiencia de interioridad, que puede provocar una sensación de ensueño.
Andy Goldsworthy es un escultor conocido internacionalmente por su uso exclusivo de materiales naturales como madera, piedra, hojas, arcilla, barro, nieve y hielo. Normalmente, emplea estas materias primas en el mismo lugar en el que las encuentra o en sus proximidades, sometiéndolos a formas y procesos que revelan y acentúan sus propiedades, su contexto inmediato o su origen.
Goldsworthy también ha producido un significativo conjunto de grandes obras permanentes y ha desarrollado una amplia variedad de instalaciones temporales para galerías, que frecuentemente envuelven la estructura habitual de los edificios.
Pero ha sido en las entrañas del árbol donde ha construido su obra. Ha usado pino silvestre procedente de la sierra norte de Madrid, un bosque que abastece de madera a una amplia variedad de productos comerciales. Una vez talada, Goldsworthy “pidió prestada” y desvió temporalmente la madera de su ruta comercial. Como él indica: “ Lo que me interesa es presentar un material en su estado natural (...) se produce un impacto y una sensación de incomodidad... Lo que se usa en la ciudad también es naturaleza, y espero, al hacer una obra en un edificio, conseguir esa asociación”.
En las entrañas del árbol es uno de sus proyectos con cúpulas de madera más ambiciosos hasta la fecha, en el que desarrolla los dos espacios abovedados que ya había construido antes en Londres y Yorkshire, pero el que se presenta en el Reina Sofía incluye tres estructuras unidas. De hecho, la forma de las estructuras de madera se acomoda a la arquitectura del Palacio de Cristal que, a su vez, se convierte en una cobertura de vidrio que deja entrever un universo mágico, el de la naturaleza.