El CAAM, entre la identidad y la reinvención

El Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) de Las Palmas de Gran Canaria inicia su tercera década de existencia con incertidumbres y desafíos significativos, balanceándose entre las señas de identidad que han sustentado a la institución desde su inauguración en 1989, con el marco de la tricontinentalidad (Europa, África, América) como fundamento, y la necesidad de adaptarse a los nuevos tiempos, con la redefinición del modelo de museo.

La precariedad económica, que azota a la sociedad en general y al mundo de la cultura en particular, tambalea los cimientos del centro, que ha visto reducido considerablemente su presupuesto en el último año. En 2009, el CAAM contó con una partida de 3,5 millones de euros en los presupuestos del Cabildo de Gran Canaria, un millón menos que en 2008. Las dificultades de financiación de la corporación insular para este año hacen presagiar una temporada dura para el centro decano de arte contemporáneo en la Isla, según confirmó su consejero delegado, Federico Castro, a CANARIAS AHORA.

Con el inconveniente endémico de los costes derivados de la distancia, asumir proyectos de envergadura con las estrecheces presupuestarias se antoja complicado. Ante este panorama, el centro ha recurrido a distintas vías para sufragar los gastos del departamento de acción cultural. El alquiler de espacios o un nuevo servicio externo de montaje de exposiciones en salas municipales, acompañadas de actividades didácticas, son algunas de las fórmulas de financiación a las que se ha acogido el consejero delegado del CAAM.

Castro asume la necesidad de “reinventar” para adaptarse a las nuevas circunstancias, mediante “el empuje de la comunicación por medio de las redes sociales (el perfil en Facebook ya tiene más de mil amigos), el tratamiento de temas de actualidad como la inmigración, los conflictos bélicos o la muerte y los nuevos lenguajes”.

En este sentido, la elección del nuevo director artístico abre un debate sobre el rumbo que debe tomar el museo, a tenor de los cambios que se han producido en la sociedad. Siete han sido los candidatos que se han presentado al cargo, que tendrá una dotación similar al de centros análogos, como admitía recientemente Castro.

El plus de Canarias

Para Saro Alemán, profesora de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y especialista en la materia, las relaciones jerárquicas en el seno de la institución y la dotación a percibir se postulan como las dos grandes incógnitas que planean sobre el nombramiento del director artístico. Alemán cuestiona la autonomía del nuevo director con la figura de consejero delegado por encima y su retribución, “de perfil medio bajo”, considerando la especificidad del territorio insular. “Canarias tiene un plus. Un museo en León se puede gestionar desde Madrid con facilidad, pero para dirigir un centro aquí, hay que vivir en las Islas”.

El curriculum, la agenda y, sobre todo, la propuesta del modelo de centro deben ser las bases, según la profesora de la ULPGC, sobre las que se asiente la elección del director artístico. A este respecto, objeta sobre la validez de una fórmula que se definió hace 20 años. “La tricontinentalidad estaba muy bien en su momento porque, en aquella época, sólo estaba el CAAM, el IVAM y el Reina Sofía. Ahora se han creado muchísimos más centros de arte moderno en toda España y el modelo habría que redefinirlo. El mundo ha cambiado: la globalización económica, de capitales, la inmigración, los cambios tecnológicos?”.

Alemán aboga por una fórmula en la que estén presentes “los valores fijos, que van a tener una gran aceptación, como la tuvo la exposición de Paul Klee a finales de 2007, y lo más contemporáneo, con un departamento artístico de Canarias que investigue las líneas actuales de arte africano, latinoamericano o europeo que más puedan interesar”. En este sentido, lamenta la tendencia de los últimos años de importar exposiciones que ya se han mostrado en otros puntos del territorio nacional. “Cuando llega al CAAM, ya están quemadas”, asevera.

En lo concerniente a la hoja de ruta para superar la época de vacas flacas, apela a la ampliación de los plazos de exposición, sin menguar la calidad, “como hace el Festival de Música de Canarias. Menos conciertos, misma calidad”. Así, Alemán advierte “un cierto declive” en la gestión cultural del museo desde la llegada de Federico Castro en 2007, con “continuos saltos, sin una línea de propuesta coherente”.

Otro desafío que afronta en esta nueva etapa el museo ubicado en la calle Los Balcones de la capital grancanaria es recuperar el vínculo con la sociedad. “El arte contemporáneo tiene problemas de entendimiento por parte de la población. Hace falta explicar las exposiciones, establecer las líneas de comunicación correctas y, sobre todo, crear cantera”, apunta Saro Alemán. A este respecto, el CAAM ha potenciado el proyecto VTS (Estrategia de Pensamiento Visual), un método desarrollado por el MOMA de Nueva York, que pretende acercar el arte a los menores con visitas mensuales a los centros escolares para “agudizar la visión de las obras”, explica Federico Castro.

Mediatización política

Sin embargo, el aspecto que mayor número de críticas suscita en torno al CAAM es el de la mediatización política, problema que Alemán hace extensible “a todos los centros de arte contemporáneo en España”. Tras la polémica salida de Martín Chirino al frente de la institución en 2002, le han sucedido en el cargo Franck González, Alicia Chillida (que dimitió por desavenencias con el entonces consejero de Cultura, Pedro Luis Rosales), Álvaro Rodriguez Fominaya y, por último, en la figura de consejero delegado, Federico Castro.

La profesora de la ULPGC lamenta que la designación de los directores del considerado buque insignia del arte en Gran Canaria coincida con los nombramientos políticos en el Cabildo de la Isla y aboga por un modelo como el de la corporación de RTVE, ''donde se elija a un profesional con independencia del color político del grupo de gobierno de turno“.

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