Los juegos de Alighiero Boetti

MADRID, 3 (EUROPA PRESS)

Transformar materiales sencillos, seriados, industriales, en una obra de arte y jugar con el tiempo y el azar son las principales señas de identidad del artista Alighiero Boetti (Turín 1940-Roma 1994). El Museo Reina Sofía exhibe la primera antológica que se realiza sobre él en España. Alrededor de 150 obras componen esta exposición que abarca toda su trayectoria artística.

Creador curioso e inclinado a la experimentación, Boetti trabajó con una amplia gama de herramientas, técnicas y materiales. No obstante, para el director del Museo Reina Sofía, Manuel Borja-Villel, Boetti es una de las figuras claves de la segunda mitad del siglo XX.

La exposición que organiza el Reina Sofía, en colaboración con Tate Modern de Londres y el Museum of Modern Art de Nueva York, abarca toda su trayectoria, desde sus primeras producciones, cercanas al arte povera, hasta el resultado de sus múltiples trabajos colaborativos. Pero en todas las etapas se vislumbra el juego como una constante en su vida y en su obra.

Juegos de todo tipo, desde los más infantiles hasta los más complejos como el ajedrez abundan en su vocabulario, según explica Lynne Cooke, comisaria de la muestra junto a Mark Godfrey y Christian Rattemeyer.

En este juego con el destino, Boetti cuela preguntas metafísicas sobre el tiempo, el orden o el desorden. Así en una sala del edificio sabatini, dedicada a la idea del tiempo, se alberga el L'Albero delle ore ('El Árbol de las horas'), realizado en 1979 sobre tejido, o el 'Calendario', un trabajo que se prolongó de 1974 a 1994 y se compone de 17 paneles de papel.

LÁMPARA QUE SE ENCIENDE UNA VEZ

Otro de sus trabajos más representativos dentro de su producción povera, realizado en 1966 es la Lampada annuale, que se enciende una vez al año, al azar, durante tan sólo once segundos. “Nadie ha visto encenderse esta lampara”, precisa Lynne Cooke, “pero es seguro que ocurre”. “El tiempo es la medida de nuestra existencia”, apostilla Cooke.

Otra de sus obras más conocidas son sus tapices y bordados, entre los que destaca la seminal Territori occupati (“Territorios ocupados”, 1969), que muestra la topografía de Israel y el monte del Sinaí durante la Guerra de los Seis Días de 1967.

Este bordado es la primera incursión en una serie de trabajos en los que Boetti utiliza mapas que perfilan zonas en conflicto. También se exponen un conjunto de bordados realizados a mano en colaboración con artesanos de Afganistán y Pakistán, países, especialmente el primero, con los que Boetti mantuvo una estrecha relación y a los cuales viajó en repetidas ocasiones.

Estos bordados de gran formato reproducen mapamundis en los que la extensión de cada uno de los países está cubierta por su propia bandera. Para Boetti este mapa bordado era “la más alta forma de belleza”.

Otra serie destacada de su producción es Tutto ('Todo'), dos tapices de gran formato que Boetti realizó en los últimos años de su vida (1989, 1992-93 y 1994), donde el artista diseñó campos de formas y objetos imbricados, ejecutados con gran profusión de color.

Estos trabajos constituyen, en palabras de Rattemeyer, “celebraciones de la inmensa diversidad y diferencia de las cosas sobre la Tierra”, mostrando al artista en su faceta “más jubilosa”.

BORDADORAS AFGANAS Y PAKISTANÍES

'Ordine e disordine' (Orden y desorden) es también un trabajo clave en la trayectoria de Boetti. Consiste en un centenar de tapices elaborados con letras de colores que el artista entregaba a bordadoras afganas y pakistaníes para que eligieran su composición final.

Esta serie no indica únicamente la predilección del artista por los juegos y el azar, sino que subraya que el orden y el desorden son realidades geopolíticas que estructuran el mundo de un modo que puede llegar a tener graves consecuencias.

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