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La libertad, el mayor legado de Juan Hidalgo valorado en su último adiós

Carlos Astiarraga (d), esposo de Juan Hidalgo, abraza a uno de los asistentes a la capilla ardiente

Efe

Las Palmas de Gran Canaria —

La libertad que, en lo personal y en lo creativo, fue seña de identidad de Juan Hidalgo durante toda su existencia ha sido alabada este miércoles como el mayor legado de este artista, tildado de inclasificable por la versatilidad de su producción, por allegados y admiradores al darle el último adiós.

“Lo que más le identifica es la libertad absoluta de su forma de entender la vida y el arte”, ha afirmado su viudo, Carlos Astiarraga, al preguntarle por cuál consideraba la huella más significativa dejada por el creador en el Centro Atlántico de Arte Moderno, donde velaba el cadáver del que fuera su esposo durante un homenaje organizado por el museo como despedida a Hidalgo.

“Un artista total, que unió arte y vida y tuvo una dimensión muy amplia y difícilmente repetible”, según ha destacado el director de dicho centro, Orlando Britto, que ha rememorado los múltiples campos que abarcó su trabajo, desde la pintura, la fotografía o el “performance” hasta la composición musical.

Esa fusión de vida y obra ha sido subrayada igualmente por el también artista Pepe Dámaso, una de las numerosas personas que han querido expresar su reconocimiento a Juan Hidalgo y ha dicho de él que creó “un mundo inaprensible”, que hacía que al enfrentarse a sus proyectos o a su proceder “no se sabía por dónde iba a salir”.

Si bien “él sabía lo que hacía y fue muy fiel a ello”, ha añadido Dámaso, que, cuestionado por cuál considera la aportación fundamental del fallecido, ha respondido, sin dudar: “Su libertad”.

Cualidad esta que se sumaba a la naturalidad, pues “era muy poco pomposo, aunque respetaba su trabajo, porque sabía que había hecho un trabajo serio y riguroso, dentro de su criterio”, ha recalcado Carlos Astiarraga.

Quien ha insistido, así mismo, en que Juan Hidalgo “fue libre en su vida y en su obra, porque ambas se funden, porque su forma de vivir era parte de su obra, y él vivió como una manifestación artística”.

Lo cual fue determinante para que sus obras y sus acciones fueran “singulares, únicas. Le pertenecían a él y a nadie más, porque siempre fue original en su forma de manifestarse”, ha sentenciado.

Pese a todo, el esposo del creador ha aclarado que “él entendía que su trabajo era, no transgresor ni todas esas cosas que se han dicho de él, sino un medio para abrir caminos para el que quisiera recorrerlos, abrir las fronteras del arte, traspasando esas estructuras clásicas que lo dividían entre escultura, pintura y demás”.

Todo ello lo convirtió en “un referente e ineludible de la historia del arte y del Centro Atlántico”, ha sostenido Orlando Britto.

Quien, como prueba de ello, ha aludido a la diversidad de gentes que han ido pasando a lo largo de esta jornada por el museo, donde Hidalgo estará de cuerpo presente hasta la tarde noche de hoy rodeado por algunos de sus trabajos para que quien quiera pueda dejar patente su afecto y respeto por él.

Gentes entre las que no han faltado otros creadores como el pintor tinerfeño Fernando Álamo, Premio Canarias de las Bellas Artes de 2014, que han lamentado la desaparición de Hidalgo, un suceso que ha considerado que “marcará un devenir en el mundo del arte contemporáneo en Canarias”.

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