El Banco Central Europeo mantiene los tipos de interés en el 4%
Aunque recurrió a frases favorables a una política monetaria más restrictiva en el futuro, para contrarrestar el riesgo en la estabilidad de los precios, el francés al frente del BCE colocó cualquier acción en política monetaria a un horizonte más lejano.
“Es necesario recopilar datos adicionales y examinar otros nuevos antes de extraer conclusiones para la política monetaria”, comentó Trichet, que citó una docena de veces “la volatilidad de los mercados” para justificar la inacción del banco europeo en las tasas de interés. Admitió que esta volatilidad, desatada por la crisis de la hipotecas de riesgo en EEUU en agosto, que fue arrastrada a varios bancos comerciales europeos, “parece haber contribuido a un descenso de la confianza de los consumidores y empresarios en Europa en septiembre.
En este contexto, recordó que el BCE actuó con inmediatez al inyectar varios miles de millones de euros en los mercados para dar más liquidez a los bancos comerciales, una acción que ha sido criticada por algunos expertos, que consideran que ayuda a los especuladores más que al ciudadano de a pie.
“Pronóstico favorable a mediano plazo”
Para 2008, Trichet, tras vislumbrar una incertidumbre en las perspectivas económicas en la zona euro, delineó “perspectivas a la baja para el crecimiento de la economía” de los 320 millones de ciudadanos que tendrá el área, con la inclusión de dos nuevos miembros, Malta y Chipre. Con todo, indicó que “los fundamentos de las economías de la zona euro apoyan un pronóstico favorable a mediano plazo”, pues “los beneficios de las empresas y la productividad continúan, el crecimiento del empleo ha sido robusto y el desempleo ha caído”.
También se refirió a la escalada de los precios del petróleo y de otras materias primas -especialmente de los alimentos- a nivel mundial, como elementos de riesgo, y advirtió de que el BCE prevé un incremento de la tasa interanual de la inflación en los próximos meses. Se espera que ese índice supere en la zona euro el 2% en el resto de 2007 y principios de 2008, tras situarse en el 2,1% en septiembre para los trece países que la componen.
Sobre la fuerte revaluación del euro frente a dólar y otras monedas, el máximo responsable del BCE se negó a comentar, como es habitual, cualquier posible intervención en los mercados de divisas para impedir su ulterior apreciación.
“Disciplina verbal”
Sin citar expresamente al presidente francés, Nicolas Sarkozy, que ha instado en público al BCE a frenar el avance de la moneda única, Trichet pidió “disciplina verbal”, un toque de atención meridianamente claro contra las intervenciones políticas ante una entidad monetaria que se precia mucho de ser independiente.
Por el contrario, otros pesos pesados entre los dirigentes europeos, como el primer ministro italiano, Romano Prodi, y la canciller alemana, Angela Merkel, han sido más comedidos en su lenguaje. Prodi llegó a decir esta semana que le gustaría oír de Washington que está dispuesto a defender el dólar, como había dicho en el pasado, pero habrá que esperar a la reunión de ministros de Finanzas y banqueros centrales del grupo del G-7, a finales de octubre en aquella capital, para ver si los principales países industrializados adoptan medidas para tranquilizar a los mercados de divisas.
El euro se cambió este jueves oficialmente en Fráncfort a 1,4109 dólares, un valor bien alejado de las horas bajas que vivió la moneda única en otoño de 2000, cuando llegó a caer a 0,82 dólares. En este contexto, Trichet apuntó a la responsabilidad de otros países para mantener la estabilidad de los tipos de cambios y citó expresamente a China y Japón, que han estado con frecuencia en el punto de mira de Estados Unidos y Europa por sus exportaciones a bajos precios gracias a las ventajas del cambio.