La CEE alerta del riesgo de desestructuración social
La Confederación Canaria de Empresarios (CCE) alertó este lunes que la actual crisis económica “está produciendo una pérdida neta de riqueza, que puede abocar en una profunda desestructuración social” en el Archipiélago.
Por ello, “resulta prioritario obtener un compromiso efectivo que vincule a todos los agentes sociales, económicos y políticos, en orden a mitigar, sin más demora, los graves efectos de la crisis en Canarias, evitando la degradación de nuestro tejido productivo y la trayectoria recesiva del empleo en nuestra región”.
Para la CCE “la contribución de la Administración pública en las Islas ha de ser urgente y deberá contener aspectos específicos, porque específicos son también las circunstancias que afectan a nuestra economía”, según indica en su Informe de Coyuntura Socioeconómica de enero pasado.
Los empresarios recuerdan que la demanda interna se halla aún sumida en un claro estancamiento, y dadas las débiles expectativas de recuperación que se deduce de la evolución del desempleo en Canarias, ha de ser el sector exterior, y especialmente la industria turística, la que adquiera mayor protagonismo y amortigüe así la detracción que sigue generando la demanda interna.
“La actual crisis económica provoca efectos especialmente negativos en Canarias, porque en momentos de recesión generalizada, en las Islas, además de los problemas inherentes a la crisis en sí, afectan otros factores como son nuestra elevada dependencia del exterior, las dificultades para la consecución de economías de escala, o los sobrecostes que se derivan de nuestra condición ultraperiférica”, añade la CCE.
“La confluencia de estos factores estructurales con una crisis económica sin precedentes como la actual, justifica la necesidad de emprender, de un lado, un programa efectivo de reactivación que dé respuesta a los condicionantes propios de producir en un territorio alejado, insular y doblemente fragmentado como el nuestro”.
Por otra parte, sería necesario “afrontar con valentía y sin mayor demora el acometimiento de reformas estructurales que permitan a nuestra economía avanzar en términos de productividad y competitividad en un entorno globalizado”, a juicio de los empresarios.
