Funcas dice que el PIB no tocará fondo hasta principios de 2010
MADRID, 27 (EUROPA PRESS)
El director de Coyuntura y Estadística de la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas), Angel Laborda, aseguró este martes que la caída del PIB no tocará fondo hasta principios de 2010, por lo que empezará a recuperarse a partir del segundo o tercer trimestre del año, aunque la recuperación será “moderada” y desde niveles “muy bajos”.
Así lo puso de manifiesto Laborda en una conferencia organizada por Markel International España, donde afirmó que, “sin lugar a dudas”, el 2010 va a seguir siendo un año “complicado” para las empresas, ya que los costes del capital y del trabajo seguirán pesando sobre las cuentas de resultados, mientras que la cifra de negocios y el valor añadido podrían, “como mucho”, estabilizarse en niveles de 2009.
Asimismo, Laborda subrayó que, aunque las condiciones financieras hayan mejorado, seguirá habiendo restricción crediticia en el 2010, dado que los bancos y cajas seguirán afectados por el impacto de la crisis inmobiliaria en sus balances y por el proceso de desapalancamiento.
En este contexto, Laborda consideró que las empresas deberían continuar con sus estrategias de saneamiento financiero, reducción de costes, aumento de la productividad y mejora de sus productos a través de la innovación y expansión en el exterior.
Por su parte, el delegado general de Markel International en España, Esteban Manzano, aseguró que el efecto de la crisis en España ha sido “más perjudicial” en sectores con una mayor sensibilidad a un cambio en el ciclo económico, como el industrial, el inmobiliario y la construcción.
Durante su intervención, destacó además que la crisis está provocando en España un aluvión de procesos concursales y un aumento de la contratación de seguros de responsabilidad civil de administradores y directivos, tanto en las grandes empresas como en las pymes.
Esta tendencia se debe, a su parecer, a que en una situación de crisis económica, los administradores y altos cargos de las empresas están más expuestos a reclamaciones por actos de gestión negligentes por parte de la propia sociedad, los accionistas, los acreedores sociales y los empleados, entre otros, a las que tendrían que responder con su patrimonio personal y familiar.