Germán Suárez se queja de que La Luz lleve catorce años sin planta de desguace
Todo empezó con Julio Bonis, el polémico consejero autonómico que ocupó las carteras de Sanidad y de Presidencia durante el mandato de Román Rodríguez. “Un día se sentó ahí y me pidió que entablara negociaciones con Vivatell”, la empresa a la que otro político centrista, Luis Hernández, otorgó desde la presidencia de la Autoridad Portuaria de Las Palmas la concesión para una planta de desaguace en el Puerto de La Luz. Pero el acuerdo fue imposible porque esa concesionaria lo único que ha pretendido siempre es “especular”.
Lo cuenta en su despacho de la consignataria Italmar el empresario Germán Suárez, presidente de Astican y del Círculo de Empresarios de Las Palmas, factótum del puerto y noticia estos días al conocerse la sentencia que anulaba un acuerdo del consejo de administración de la Autoridad Portuaria por no haberse ausentado en el punto el orden del día en el que se adjudicaba a su astillero precisamente una concesión para desguace de buques.
“A nosotros no nos interesaba esa concesión, y si nos presentamos fue en nombre de una empresa muy seria de Bilbao, Hierros Ezquerro, S.A., a la que habíamos llamado para que se hiciera cargo de esta actividad”, explica Germán Suárez. Su intención era –y sigue siendo- que haya servicio de desguace en La Luz porque “desde hace catorce años, aquí no se ha desguazado un barco”, enfatiza.
Según el empresario, él puso en contacto a Ezquerro con Vivatell para que los bilbaínos trataran de alcanzar un acuerdo con la concesionaria, de manera que se pudiera desbloquear la situación. “Pero no hubo forma”, al parecer porque Vivatell pretendía la mitad del negocio sin desembolsar ni un euro de los 500.000 necesarios para las instalaciones. Ezquerro, siempre según la versión de Suárez, ofrecía una participación menor y la dirección de la planta de desguace al administrador de Vivatell, pero no hubo acuerdo.
Desde entonces, no ha habido manera de que la concesión arranque porque, a juicio del empresario, nadie quiere meterse en un negocio contaminado por las constantes acciones judiciales que Vivatell emprende contra la Autoridad Portuaria con el único objetivo de reclamar daños y perjuicios.
Preguntado por la sentencia que ha anulado el acuerdo por el que se otorgó a Astican una concesión similar, Germán Suárez reconoce que hubo un error del secretario del consejo de administración al no consignar que, “como era costumbre”, el empresario abandonaba la reunión cuando se abordaba un asunto de su compañía. Pero esa concesión jamás llegó a fraguar porque, tras las desavenencias entre Ezquerro y Vivatell, Astican desistió. “Ni siquiera éramos parte en el procedimiento judicial”, recuerda Suárez.
La solución al problema del desguace en La Luz la ve lejana el presidente de Astican dadas “las complicaciones que introduce siempre Vivatell”, que todavía mantiene otro pleito contra la Autoridad Portuaria.