Intercambio de casas como alternativa a la crisis
A estas alturas, la crisis inmobiliaria nadie la niega. Numerosos carteles de se alquila o se vende se pueden ver por distintos edificios de las ciudades canarias sin que se produzcan cambios durante meses. El bajo poder adquisitivo, que las entidades bancanarias pongan más trabas que antes para conceder hipotecas y que las ya concedidas sufran fuertes y frecuentes subidas del tipo de interés está haciendo que la situación de algunos propietarios que quieren cambiar de casa sea complicada.
Así las cosas, páginas como mundoanuncio.com ofrecen la oportunidad de cambiar la vivienda habitual. En algunas ocasiones, se trata de casas de protección oficial que todavía no han cumplido el plazo para poder ser vendidas por sus beneficiarios.
Este es el caso de Juana, que “permuta bonito piso en Jinámar, Las Ramblas, por otro en Las Palmas o sur”. Ella busca irse a la capital, pero a una vivienda de similares características: tres habitaciones, dos baños, un salón de cocina totalmente amueblada, una solana y plaza de garaje. “Si no fuera porque me quedan cuatro años de VPO, la vendería”, afirma, aunque reconoce que ahora está difícil incluso el intercambio.
Para José, de 36 años, la situación es distinta. Vive en Telde, en el centro de San Gregorio, pero asegura que “no es mi hogar, no me siento bien” en ese piso, por lo que busca algo en el campo. También la tiene puesta a la venta, pero de momento no ha tenido suerte y pensó que “no era mala idea el intercambio”.
No poder vender también es el problema de la hija de María, que cambia piso en Las Majadillas por otro en Guanarteme. Según afirma la madre, la situación económica actual no permite que se compre otro piso en la zona que quiere ni vender el actual. Como ejemplo, pone al “vecino de al lado, que lleva un año para venderlo”. Por ello, fue ella misma la que animó a su hija a poner el anuncio en esta y otras webs similares, que descubrió “por casualidad”.
El reflejo de una situación grave por tener hipotecas altas que pagar la refleja Francisco Javier, un gallego de 23 años que vive en Fuerteventura y cambia su piso en la isla majorera por uno “donde sea”, aunque preferiría Pontevedra, porque va “muy ahogado” con las letras. Desde hace cinco meses, la tiene anunciada en la web y puesta a la venta con carteles, pero no ha recibido ninguna llamada. Y mientras, “trabajo para nada” porque todo se lo lleva la letra de casi 1.000 euros.
Sólo por vacaciones
Ninguno de los consultados ha tenido suerte hasta el momento. Cosa distinta es la de Milbia, que ha encontrado en el intercambio de casas una forma económica para pasar las vacaciones. Con vuelos a través de compañías aéreas de bajo coste, el alojamiento en otras casas es lo más barato, explica.
Así, ahora está buscando casa en Miami para el próximo año, y ya tiene fijado un intercambio para ir a París este mes de julio. La estancia no tiene por qué ser simultánea, no tienen por qué coincidir las fechas. Si cuando vienen los parisinos, ella y su familia están en su casa de Puerto de Mogán, se van a un apartamento para dejar la casa libre.
Según Milbia, de 39 años, casada y con una niña de 11 años, esta fórmula del intercambio “funciona muy bien, nunca he tenido problemas, es gente seria y muy cuidadosa, que siempre han dejado la casa muy bien”. De todos modos, prefiere a la gente mayor, “porque los jóvenes te dicen que viene dos y luego son diez y se dedican a hacer fiestas”, apunta.
Sea por la razón que sea, la situación económica está detrás de todos los anunciantes de esta fórmula del intercambio. De momento, y a la vista de los resultados, parece por eso que no tiene mucha suerte y que este sistema está notando también la crisis.