La reforma pesquera no convence a las cofradías

Efe

El secretario general de la Federación Nacional de Cofradías Pesqueras (FNCP), José Manuel González Gil de Bernabé, ha expresado este jueves su “preocupación” por el “giro” de la reforma de la Política Pesquera Comunitaria (PPC), en cuestiones como las medidas contra los descartes de peces.

El representante de las cofradías ha reaccionado, en declaraciones a la prensa, a la posición acordada esta semana por el Consejo de Ministros de Pesca de la Unión Europea (representantes de los Gobiernos), con el fin de facilitar un pacto sobre la reforma con el Parlamento Europeo, que defiende tesis más ecologistas. “El Parlamento se ha extralimitado y se ha dejado influir por las ONG y ahora veremos si se puede enderezar la reforma”, ha añadido González Gil de Bernabé.

Uno de los puntos centrales es la política de prohibición de los descartes (capturas no deseadas de peces que se tiran al mar) mediante la imposición a la flota de que descargue toda su pesca en el puerto. El Consejo defiende que se permita descartar un 5% de capturas (tras un período de cuatro años) y la Eurocámara ha defendido “tolerancia cero”, según el responsable de las cofradías.

En cuanto a asuntos como el etiquetado, que también se negocia en esta reforma, las cofradías hubieran querido que en la información de los pescados se adjuntara la fecha del momento de captura, pero esta idea no ha salido adelante. Por el contrario, ha añadido, se quiere precisar más en la información sobre el pescado el tipo de arte utilizada y eso “no nos gusta, no queremos distinguir entre pescadores buenos y malos; se trata de profesionales que van a la mar a ganarse la vida, no por deporte” ha añadido.

Ha subrayado que “si no se endereza” la negociación y aunque se aplacen ciertas medidas (como controles contra los descartes a ciertas especies) ocurrirá como con la anterior reforma (2002), que “defraudó” al sector y en la que “pagaron” los pescadores.

Beneficios a largo plazo

La reforma de la Política Pesquera Comunitaria (PPC) que negocia la Unión Europea (UE) supondrá “sacrificios” para la flota española, pero a largo plazo le beneficiará por la mejora de los caladeros, ha declarado este jueves el secretario general de Pesca, Carlos Domínguez.

Domínguez ha explicado, en rueda de prensa, el acuerdo alcanzado esta semana en Bruselas por el Consejo de ministros de la UE, que ha pactado un nuevo mandato, con vistas a facilitar el final de las negociaciones de la futura PPC. Ha admitido que existen aspectos mejorables y que el Consejo (representantes de los Gobiernos) ya ha fijado “el límite” de sus concesiones y “los sacrificios máximos” que va a pedir al sector con vistas a un compromiso.

Pero en general, según ha asegurado, España considera que aunque la reforma va a suponer un gran cambio en la pesca y obligará a ciertas inversiones a los barcos, a la larga será “positiva” y beneficiosa para la flota nacional, por la mejora en las existencias pesqueras. Unos 10.000 barcos y 40.000 tripulantes (sin contar el empleo en tierra) componen la flota nacional.

“España apuesta por la reforma, pero está al límite de lo que se puede ceder”, ha señalado Domínguez, quien ha apelado al Parlamento Europeo para que sea “flexible”, o de lo contrario la nueva PPC “fracasará” y no se cumplirá.

La clave de los descartes

Los ministros de la UE han revisado su postura en cuestiones como las medidas contra los descartes (capturas no deseadas de peces que después, muertos, son arrojados al mar) para facilitar este mes un pacto sobre la PPC con la Eurocámara, que defiende tesis más ecologistas.

La política contra el descarte, punto clave en la reforma, consistirá en obligar a los pescadores a descargar todas sus capturas en los puertos. El Consejo de ministros ha apoyado que, en un plazo de cuatro años, el pescador solo pueda descartar un 5 % de sus capturas, tras un período transitorio en el que se admitiría un 7 %.

Domínguez ha recordado que, aunque el Consejo ha endurecido su exigencia a la flota respecto a la que defendió en febrero, la Eurocámara ha sido “muy rígida” en favor del final del descarte y que la propia Comisión Europea reclamó desde el primer momento un “descarte cero”. El Gobierno ha insistido en que la principal razón del desecho de pescado es el sistema de cuotas, que no ha querido modificar la UE y según el cual, por ejemplo, las flotas del Cantábrico dedicadas al rape, gallo o merluza no han podido llevar a puerto especies distintas porque no tenían cupo.

En ese sentido, ha afirmado que en la reforma es importante la “flexibilidad” para los barcos, porque si, por ejemplo, uno tiene una cuota de cigala y no la agota, pero extrae especies “accidentalmente”, podrá declararlas dentro de ese cupo, lo que no ocurría hasta ahora. En cuanto al Mediterráneo, Domínguez ha recordado que en estas aguas la pesca no se rige por cuotas (salvo el atún rojo), pero que España y otros países ribereños están defendiendo una petición, que no ha sido aún aceptada, para aplicar excepciones al descarte, porque han alertado de otro problema: la venta ilegal de juveniles.

En la actualidad, la descarga de peces por debajo de la talla mínima en puerto supone “una infracción muy grave”, pero con la reforma que están defendiendo los países del “norte” de la UE sí se podrían desembarcar ejemplares inmaduros y destinarlos a harinas de pescado, nunca a consumo. Domínguez ha apuntado, en este sentido, que esta idea se contradice con los esfuerzos y las campañas contra el consumo de juveniles.

Otro aspecto en el que habría margen para mejorar la reforma sería la definición de los “rendimientos máximos sostenibles” de existencias en el mar“. Entre los logros, ha citado el reconocimiento de las almadrabas como ”unidades pesqueras“, lo que en la práctica supone que puedan beneficiarse de las ayudas de la UE.

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