Suárez Gil dio un pelotazo de 425.000 euros en Jinámar
Algo más de 425.000 euros fueron a parar a los bolsillos del ex presidente de la Cámara de Comercio de Gran Canaria José Miguel Suárez Gil, en otra operación de ingeniería financiera e inmobiliaria a espaldas de sus socios, esta vez no de una federación empresarial como Fedalime, sino de la mercantil Unifrutti Canarias.
La empresa matriz de los negocios de Suárez Gil en las Islas, propiedad en un 50% de Unifrutti Traders, del italiano Giancarlo de Nadal, y a partes iguales el otro 50% de Juan Armando Rodríguez Hernández y el propio Suárez Gil, contaba en Jinámar con una inmensa nave industrial de más de 4.000 metros cuadrados, dentro del Plan Parcial Reformado del Valle, y la operación a espaldas de su socio mayoritario consistió en la parcelación, primero, y venta después de la nave.
Consta documentalmente acreditado que los socios canarios de Unifrutti, Armando Rodríguez y Suárez Gil, decidieron el 22 de abril de 2003 dividir en tres parcelas independientes la nave 1 de la agrupación de naves industriales A-1 del citado Plan Parcial jinamero, adquirida por la empresa por adjudicación el 8 de marzo de 1999.
A pesar de los reparos indicados por el notario que hizo constar que la finca podría estar en situación de irregularidad al carecer de licencia urbanística, la parcelación se efectúa dando un valor de 210.955, 24 euros a la primera parcela y de 525.000 a la segunda, quedando sin valorar el resto de la nave.
Ese mismo día, los dos representantes canarios de Unifrutti, Rodríguez Hernández y Suárez Gil, firman mediante escritura la venta de la parcela valorada en 210.955, 24 euros al hijo mayor del ex presidente de Fedalime, José Luis Suárez López, que actuó en representación de la empresa Soluciones Canarias de Telecomunicaciones SL, mercantil de la que en la actualidad el propio Suárez Gil es consejero delegado.
La operación no solo consistió en quedarse con un tercio de la nave industrial -en concreto 945 metros cuadrados de superficie construida y dos espacios anejos de 90 metros cuadrados cada uno para aparcamientos exteriores- por el precio previamente estipulado, sino en vender esa misma parcela por más del doble del precio en teoría adquirido por la empresa familiar del ex presidente de la Cámara.
Así quedó reflejado apenas cuatro meses después de la segregación e inmediata venta a su hijo mayor, en otra escritura, de fecha 9 de septiembre de 2003, en la que dos de los hijos de Suárez Gil, José Luis y Alejandro, venden en nombre de Soluciones Canarias de Telecomunicaciones a Promotafe SL, empresa del también ex presidente de la Cámara de Comercio Ángel Luis Tadeo, ya fallecido.
La operación, en tan solo cuatro meses, reportó a la empresa familiar 275.864, 56 euros de beneficio, al vender a Promotafe la parcela segregada por 486.819,8 euros, cuando cuatro meses antes, en teoría la había adquirido por 210.955, 24 euros.
Fuentes conocedoras de la operación dudan de que el socio italiano de Unifrutti tuviera conocimiento ni de la venta de parte de la parcela a una empresa familiar de Suárez Gil ni del valor de la misma, ni por supuesto, la posterior venta por más del doble a un tercero de ese trozo de nave industrial.
Suárez Gil, de todos modos, terminó de rematar la faena de Jinámar cuatro años después, cuando el resto de nave que quedaba a nombre de Unifrutti Canarias después de la segregación, con una superficie construida de 1.312, 50 metros cuadrados, 746 metros cuadrados de altillo y 561 metros cuadrados anejos para aparcamientos, fue vendida por 601.012, 10 euros a Comercial Eléctrica Canarias SL (Coelca).
La última operación, parecida por su doble vertiente a la de Fedalime, debió reportar a Suárez Gil jugosos dividendos, ya que al menos, de esos 601.012, 10 euros, un 25% -en torno a 150.000 euros- debieron ser suyos por las acciones que tiene, todavía, en Unifrutti.