Los peritos de la defensa señalan que hubo lagunas en la autopsia de Laura

Iván R.A, acusado de haber envenenado en 2010 a su mujer suministrándole distintos tipos de sustancias. EFE/Ángel Medina G.

Thalía Rodríguez

Las Palmas de Gran Canaria —

Los peritos contratados por la defensa expusieron este jueves, en ocasiones de una manera demasiado teórica, sus argumentos acerca del fallecimiento de Laura A.G. la enfermera que murió presuntamente envenenada por su esposo Iván R.A., también enfermero.

Luis Frontela, Juan Bautista Alcañiz, Santiago Durán y Carlos Pérez fueron desmontando la versión ofrecida por los forenses en las sesiones anteriores del juicio por el caso talio aludiendo a “lagunas” en su autopsia.

El catedrático de Medicina Legal, Luis Frontela, apoyado por partes de los informes médicos y fotografías del cadáver de Laura A.G. proyectadas en una de las paredes de la sala, puso en duda muchas de las cuestiones que los forenses Javier Tapia y Eva Bajo habían afirmado.

Líneas de Mees

El autor de la segunda autopsia de las niñas asesinadas en Alcasser, arremetió contra uno de los argumentos más repetidos por los forenses que le practicaron la autopsia a Laura A.G. la existencia de líneas de Mees en sus manos.

Bajo aseguró que en su vida profesional nunca había visto esas señales, que, según explicó, constituyen otra de las pruebas que demuestran que la enfermera sufrió una intoxicación por talio, a lo que el Frontela contestó “Como profesor no puedo consentir esa barbaridad. Si una experta dice que es la primera vez que los ve, ¿Cómo puede ser una experta?”.

Según el facultativo, esas señas son habituales en los niños y también en personas que han estado muy enfermas.

Talio

Durante su exposición, Frontela se dirigió al jurado popular y le instó a que hiciera una búsqueda en Internet sobre los síntomas de intoxicación por talio.

Para argumentar que Laura A.G. no fue intoxicada por este metal pesado, el perito de la defensa puso en duda las pruebas realizadas al cuerpo, “el estudio del pelo no es suficiente para verificar una intoxicación por talio”, afirmó.

Para tirar abajo otra de las razones expuestas por los forenses para verificar la intoxicación de la víctima, la alopecia, Frontela expuso que el talio va a la sangre y, por tanto, Laura A.G. tendría que haber sufrido una alopecia completa, “también se le caerían los pelos de las cejas. Eso no es talio”, afirmó mostrando fotografías en las que se apreciaban algunas calvas en la cabeza de Laura A.G.

Frontela hizo uso de sus años de experiencia profesional para afirmar que “en muchos pelos que he analizado ha salido talio” y que esto puede ser debido a la utilización de alguna crema o cualquier otro producto químico.

Autopsia provisional

El catedrático de Medicina Legal sostuvo que todos los medicamentos aparecidos en los análisis fueron administrados por los médicos y añadió que “antes de decir que ha sido una muerte violenta, hay que saber de qué ha muerto”, afirmación que puso muy nerviosos a los forenses que durante la exposición del facultativo no cesaron de hablar entre ellos preparando su réplica.

El doctor contratado por la defensa hizo un repaso de la autopsia provisional de Laura A.G. (se realizaron tres informes) y destacó que en las conclusiones del documento consta que no se observó ningún resultado anómalo.

Bulto en el flanco izquierdo

Uno de los momentos más surrealistas de la sesión fue cuando Frontela explicó que el bulto en el flanco izquierdo que presentaba el cuerpo de Laura A.G. no correspondía a pinchazos.

El facultativo utilizó imágenes de un bloque de plastilina al que fue cortando la parte superior de manera transversal con ayuda de un cutter para demostrar que el hematoma que tenía la víctima en el costado era simplemente un vaso sanguíneo y que no existían tales pinchazos.

“El Pentotal no mata”

Por su parte, Juan Bautista Alcañiz comenzó su exposición como perito de la defensa acusando a Bajo y a Tapia de ocultar datos, “la mitad de la verdad es la mayor de las mentiras”, afirmó provocando una mayor incomodidad a los forenses.

El facultativo sostuvo que Laura A.G. en ningún momento falleció por intoxicación de medicamentos y añadió que todos los medicamentos habían sido pautados salvo el Pentotal. “El Pentotal no mata”, afirmó y mostró a los asistentes un frasco vacío del fármaco.

Alcañiz reconoció que los médicos a veces no apuntan todo lo que suministran a sus pacientes, aunque añadió que las dosis que revelaron los análisis realizados a Laura A.G. eran “mínimas” y, por tanto, ese medicamento no puede haber sido el responsable de su muerte.

Por otro lado, el doctor Santiago Durán, destacó que una de las “lagunas” que presenta la autopsia realizada al cuerpo de la enfermera es que no hay información acerca del timo (órgano linfático e inmunitario situado detrás del esternón) cuando un análisis más detallado de este podría haber esclarecido las causas de la muerte.

Durán expuso los fallos que, a su juicio, cometieron los profesionales que atendieron a Laura A.G. durante sus estancias en el hospital. La discontinuidad analítica, “nadie le hizo una analítica para identificar los aminoácidos y verificar si la insulina que tenía era exógena”, afirmó tras una pormenorizada descripción acerca de los tipos de insulina con estructura química existentes. Los peritos de la defensa coincidieron en afirmar que la insulina no fue “la causa directa o indirecta” de la muerte porque Laura A.G. murió 43 días después de sufrir una hipoglucemia, aunque consideran que sí fue administrada por vía exógena.

El facultativo lamentó lo que denominó como discontinuidad clínica que explicó analizando las actuaciones de los médicos durante los meses de mayo y junio. “No se tomaron medidas para proteger a la paciente aunque se sospechara de que la estuvieran agrediendo. No se hizo nada para demostrarlo” y criticó que, lejos de intentar protegerla, se le aislara tras un biombo.

El doctor Carlos Pérez fue el último de los peritos de la defensa en exponer sus argumentos durante la mañana.

Apuntó a un síncope vasovagal, ocurrido tras varias paradas cardíacas, como causa de la muerte de Laura, no a un fallo multiorgánico como se había sostenido anteriormente. “Es muy difícil saber por qué murió. Es un caso de discusión clínica. No nos pondríamos de acuerdo”, aseguró.

El facultativo arremetió contra la expresión utilizada por la forense Bajo para expresar que Laura A.G. había sufrido una intoxicación,“blanco y en botella, leche” y que este jueves ratificó diciendo que “las piezas encajan como un puzzle”. “Han encajado las pruebas a la fuerza”, afirmó.

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