Bush asegura que cumplirá su ''parte'' para la victoria en Irak

El presidente de EEUU, George W. Bush, que lleva a cabo una intensa serie de contactos para decidir sobre la nueva estrategia en Irak, dijo este sábado que cumplirá su parte para lograr la victoria en el país árabe.

La afirmación e intensa actividad en la Casa Blanca para decidir un cambio de rumbo en Irak, ante la gravedad de la situación que ha sido reconocida por el propio mandatario, ocurre en medio del aumento de las presiones generales para hallar una salida digna a la crisis.

Bush mantuvo esta semana reuniones y otros contactos personales con aliados como el primer ministro británico, Tony Blair, y los líderes republicanos y demócratas del Congreso, a fin de escuchar sus puntos de vista sobre la política estadounidense en ese país y las posibilidades de tomar otro rumbo.

El presidente reconoció ante el líder del grupo chií Asamblea Suprema para la Revolución Islámica (ASRI), Abdulaziz al Hakim, que no está satisfecho con el ritmo del progreso en Irak, durante una reunión que mantuvieron el lunes pasado en la Casa Blanca.

El lunes próximo, Bush tendrá una reunión sobre la crisis iraquí en el Departamento de Estado y después se reunirá en su despacho con expertos independientes sobre Irak.

El martes, realizará una teleconferencia con los mandos militares en ese país y con el embajador estadounidense en Bagdad, Zalmay Khalilzad, y al día siguiente se reunirá con militares de alto rango en el Pentágono.

Durante su habitual mensaje radiofónico sabatino, Bush afirmó este sábado que “el futuro de una vital región del mundo -el Oriente Medio-, y la seguridad del pueblo de Estados Unidos, dependen de la victoria en Irak”.

“Confío en que podamos superar nuestras diferencias políticas y juntos lograr la victoria”, precisó el mandatario tras garantizar que “yo haré mi parte” para concretar esta meta.

Se mostró satisfecho de que la comisión independiente que esta semana le recomendó una nueva estrategia en Irak no le haya sugerido una rápida salida de las tropas estadounidenses, como piden algunos demócratas y varios sectores.

Reiteró que analizará detenidamente las 79 recomendaciones del grupo, que reconoció la situación iraquí como “grave” y que indicó que simultáneamente al cambio de estrategia se debe reducir la participación en combate de los militares de EEUU.

Actualmente, Washington mantiene en Irak unos 150.000 militares que llevan a cabo una diversidad de tareas, incluidas patrullas que esporádicamente entran en combate con los insurgentes.

Bush manifestó que le alegra que la comisión, encabezada por el ex secretario de Estado James Baker y el ex legislador demócrata Lee Hamilton, acepte que una pronta retirada de los efectivos estadounidenses derivaría en el caos y en una tragedia humanitaria iraquí.

Hamilton declaró el jueves pasado, en una audiencia del Comité de las Fuerzas Armadas del Senado, que en Irak “la solución no vendrá caída del cielo, no puede ser algo idealista, tiene que ser muy pragmática”.

Poco antes había dicho a la cadena de televisión ABC que la comisión “busca limitar el papel de combate de las fuerzas de EEUU en Irak, dejándolo cada vez más para los iraquíes”.

Bush considera que para poder cumplir las metas en Irak se requerirá mucho tiempo, pero que todo dependerá “primariamente” de las acciones del pueblo de ese país.

Estuvo de acuerdo con la comisión independiente que entregó el informe para un cambio de estrategia, en la urgencia de conseguir encauzar a Irak en el “camino correcto”.

El presidente reiteró que el grupo también entiende que el trabajo por delante no será fácil y que coincide con su informe en que “el éxito es importante, y es posible”.

El jefe del Ejecutivo estadounidense destacó que “ahora es la responsabilidad de todos nosotros en Washington -republicanos y demócratas por igual-, unirnos y encontrar un gran consenso para seguir adelante” en Irak.

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