Chipre pidió repetidas veces a la ONU deshacerse de los depositos de munición
NICOSIA, 12 (Reuters/EP)
Chipre trató de deshacerse en numerosas ocasiones del depósito de municiones iraníes cuya explosión causó ayer la muerte de doce personas, pero la ONU no atendió a sus peticiones, según ha confirmado este martes el portavoz del Gobierno chipriota, Stefanos Stefanou.
El portavoz gubernamental ha aseverado que la posición del Gobierno en este “complejo asunto diplomático” era que los 98 depósitos de munición confiscados en 2009 de una embarcación procedente de Irán con dirección a Siria no tenían que permanecer en territorio chipriota.
Stefanou ha reconocido que el Gobierno chipriota no le quedó otra opción que quedarse con las municiones, ya que la ONU rechazó la posibilidad de transferir dichos depósitos de armamento a la misión de la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano (FINUL) y el Consejo de Seguridad de la ONU no respondió a su propuesta de enviar las municiones a Alemania o Malta.
Puesto que las municiones incautadas vulneraban las sanciones impuestas por la ONU en materia armamentística a Irán, ha dicho Stefanou, Naciones Unidas debería haberse implicado en dichas consultas sobre la suerte de los 98 depósitos de municiones.
Asimismo, el portavoz gubernamental ha insistido en que Chipre reincidió sobre este asunto “de cuando en cuando” con la ONU, pero sin cosechar éxito alguno.
REACCIONES
Por otra parte, fuentes militares han asegurado que, tras la explosión, uno de los depósitos que contenía pólvora podría haber liberado “pitidos” en los días posteriores al incidente.
No obstante, familias de las víctimas de la explosión han sostenido que las advertencias realizadas por algunos responsables militares a sus superiores sobre un hipotético desastre como el del lunes fueron desoídas.
Pero Stefanou se ha apresurado a declarar que “la Presidencia no estaba al tanto de esto”, aclarando que dicha posibilidad nunca se abordó en reuniones del Ejecutivo.
La familia de una de las víctimas que tenía 19 de años ha manifestado que su hijo se encargaba de rociar con agua la chimenea de los depósitos de forma regular para mantener las temperaturas bajas.
Aunque el impacto económico de este incidente aún está por determinar, ya se han registrado cortes en el suministro de electricidad y de agua debido al estado en el que ha quedado la central eléctrica situada en las proximidades de la base militar donde se produjo la explosión. Dicha planta está valorada en unos 700 millones de euros y genera el 53 por ciento de la electricidad que consume Chipre.