Este domingo se cumple el 45 aniversario de las marchas de Selma

NUEVA YORK, 6 (EUROPA PRESS)

El domingo se cumplen 45 años del inicio de las tres marchas de Selma a Montgomery, la cúspide del movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos en el epicentro de la lucha por la igualdad: el estado de Alabama y, más concretamente, en los 87 kilómetros que separan a las dos ciudades, por la ampliación del derecho a voto de los negros en el condado de Dallas.

En aquellos años vivían en el condado 15.000 personas de raza negra, de las cuales sólo 130 tenían permitido depositar su papeleta al haber aprobado un examen de aptitud, una minoría en una comunidad que tenía prácticamente imposible el acceso a la educación necesaria para aprobar la prueba.

El impacto conjunto de las tres marchas cambió para siempre la historia de los Derechos Civiles en Estados Unidos y la ley electoral del país con la presentación del Acta de los Derechos del Votante, introducida al público con el legendario discurso del presidente Lyndon B. Johnson, “We Shall Overcome” (“Prevaleceremos”) pronunciado frente al Congreso el 15 de marzo de 1965.

Previamente, Johnson había reprendido las acciones del entonces gobernador de Alabama, George Wallace, por la excesiva fuerza policial empleada para contener las marchas, concretamente la primera, celebrada el 7 de marzo, donde 17 manifestantes resultaron heridos en el “Domingo Sangriento”.

La televisión jugó un papel esencial ese día. Millones de espectadores contemplaron consternados la dureza exhibida por las fuerzas antidisturbios, en especial contra la abanderada de la manifestación, la fundadora del movimiento por el derecho a voto, Amelia Boynton, quien resultó gravemente herida por los gases lacrimógenos y los porrazos de la Policía junto a otros 16 manifestantes.

Las imágenes del “Domingo Sangriento” terminaron galvanizando al movimiento nacional por los Derechos Civiles con el apoyo de las figuras del mundo del espectáculo más concienciadas con la lucha por la igualdad racial hasta culminar el 25 de marzo, diez días después de la presentación del Acta de Votantes, con una histórica concentración ante el Capitolio encabezada por el reverendo Martin Luther King.

LOS INICIOS

Desde 1963, Selma --centro administrativo del condado de Dallas-- había sido escenario del nacimiento del movimiento por los derechos de los votantes encabezado por Amelia Boynton y su marido, fallecido ese mismo año.

No fue hasta 1965 cuando comenzaron las primeras manifestaciones pacíficas a favor de la igualdad entre blancos y negros ante las urnas, todas ellas duramente reprimidas por la Policía, en especial la que tuvo lugar el 18 de febrero en Marion City, cuando el movimiento padeció su primer mártir: el activista Jimmy Lee Jackson, quien recibió dos disparos en el abdomen cuando intentaba proteger a su madre de un asalto policial, un hecho reconocido por el agente que le disparó, James Bonard Fowler. Jackson falleció una semana después, a los 26 años de edad.

En protesta por la muerte de Jackson, más de 500 manifestantes anunciaron su intención de recorrer, el 7 de marzo, la distancia entre Selma y Montgomery, la capital de Alabama. No llegaron muy lejos. Citando “razones de seguridad pública”, más de 200 agentes desplegados en la Ruta 80 por orden directa del gobernador Wallace dispersaron la manifestación a golpes y con gas lacrimógeno “a plena vista de los fotógrafos y los periodistas”, según recuerda la cadena BBC en su onomástica.

Entre los heridos se encontraban la propia Boynton y el presidente del Comité de Coordinación No Violenta de Estudiantes (SNCC), John Lewis. Nada más terminar el incidente, realizó una contundente advertencia al 'New York Times': “La próxima vez quizás debamos seguir caminando más allá de Montgomery. Quizás tengamos que seguir hasta Washington”.

HASTA EL CAPITOLIO

Dos días después del “Domingo Sangriento”, el reverendo Martin Luther King organizó una nueva marcha en el mismo lugar y con el mismo destino. Wallace ya había advertido de que cualquier nuevo intento sería respondido con contundencia. “Esta gente parece haber hecho de su causa un trabajo de siete días a la semana. Pero no vamos a ceder ni un milímetro”, Tal y como prometió, los manifestantes fueron detenidos de nuevo, esta vez a la altura del puente Edmund Pettus. El grupo de King tampoco cedió: se arrodillaron delante de la Policía estatal, y rezaron. No se registraron heridos.

El 21 de marzo, y tras conseguir el permiso federal necesario para avanzar sin contratiempos, King decidió dar el golpe definitivo. Más de 8.000 personas llegaron a Montgomery ese día, con el Capitolio en mente. A lo largo del viaje se sumaron centenares de nuevos manifestantes. La marcha fue amenizada por la presencia de artistas como Harry Belafonte, Tony Bennett, Frankie Laine, Peter, Paul y Mary, Sammy Davis, Jr. y Nina Simone, quienes organizaron el concierto “Estrellas por la Libertad” la noche del 24 de marzo. Un día después, más de 25.000 personas se congregaron ante el Capitolio.

King remató la marcha con uno de sus discursos más recordados: “How Long, Not Long” (“Cuánto tiempo, no demasiado”). “El objetivo que perseguimos”, proclamó King, “es una sociedad en paz consigo misma, una sociedad que pueda vivir con su conciencia. Sé que hoy os estaréis preguntando '¿Cuánto tiempo hará falta?'. Yo os digo esta tarde que, sin importar el momento ni la frustración: no hará falta demasiado”.

APROBACIÓN DEL ACTA

El Acta de los Derechos del Votante fue firmada por el presidente Johnson en agosto de 1965. Concretamente, eximía a los votantes de raza negra de realizar un test de alfabetización, el principal mecanismo empleado por gran parte de los estados del sur para impedirles su acceso a las urnas.

La entrada en vigor de la ley concordó así con la aprobación, un año antes, del Acta por los Derechos Civiles, también firmada por el propio Johnson. Desde entonces, el espíritu de su discurso ha permanecido indemne a pesar de las numerosas enmiendas a la que se ha visto sometida. El Congreso estadounidense ha ampliado el período de vigor de la ley las veces que han hecho falta; la última en 2006, una prórroga de 25 años ratificada a través de la firma del entonces presidente George W. Bush.

El espíritu de la ley fue transmitido claramente por Johnson el día de la presentación de la ley, el 15 de marzo, una semana después del “Domingo Sangriento”.

“Aunque aprobemos esta ley, la batalla no habrá terminado. Lo que ha sucedido en Selma forma parte de un movimiento más grande que afecta a cada estado de América. Los negros de Estados Unidos tienen la responsabilidad de recibir todas las bendiciones que proporciona la vida en América. Su causa debe ser nuestra causa, también, porque no son sólo los negros, sino todos nosotros, los que debemos prevalecer sobre el atroz legado del fascismo y de la injusticia. Y prevaleceremos”, proclamó.

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