Hamas se adueña de toda Gaza
Las milicias del Movimiento de Resistencia Islámica, Hamás, se han ido adueñando en las últimas horas de toda Gaza, donde ya sólo la capital ofrece resistencia, una situación que alarma a los nacionalistas y a Israel que ha alertado del peligro que supondría un régimen islamista en la franja.
Los islamistas, mejor adiestrados y más motivados que los efectivos de los organismos de seguridad y los milicianos de Al-Fatah, completaron la madrugada de este miércoles la ocupación de los cuarteles generales de los nacionalistas en el norte de la franja, y pugnan ahora por tomar el control de los del centro de la capital.
También tomaron el cuartel general de los organismos de seguridad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), leales al presidente Mahmud Abás, líder de Al-Fatah.
En esta operación, bautizada ya la Batalla de Yebalia por la localidad del norte de la franja donde se encuentra el cuartel general, murieron 21 combatientes. Desde que se recrudeció la lucha interna en Gaza el domingo pasado han muerto casi 60 personas.
Hamás ha dado un ultimátum de dos días a las fuerzas de seguridad leales a Al-Fatah para que depongan las armas y entreguen todas sus bases en Gaza.
Al-Fatah, por su parte, ha dado un plazo de 12 horas a sus rivales para cesar los ataques en la franja; caso contrario, tomarán represalias en su feudo de Cisjordania.
Las posibilidades de represalias en Cisjordania, sin embargo, están limitadas por la presencia del Ejército de ocupación israelí, una de las razones por las cuales la violencia no se ha propagado hasta ahora a otros territorios palestinos, más allá de algunos secuestros, indicaron fuentes de Al-Fatah.
De hecho, añadieron las fuentes bajo condición de anonimato, “Israel podría parar a Hamás en Gaza con sólo bombardear sus posiciones, pero no seremos nosotros quienes pidamos al Ejército israelí que ataque a palestinos”.
El primer ministro israelí, Ehud Olmert, ha dejado claro de momento que no piensa intervenir en un conflicto interno, pese a lo mucho que le preocupa el que Hamás pueda hacerse con el poder absoluto en Gaza.
“Si la franja termina cayendo en manos de Hamás eso tendrá una gran repercusión regional”, dijo Olmert este martes y su oficina hizo saber este miércoles que sigue la situación de muy cerca.
Para su ministro de Asuntos Estratégicos, Avigdor Lieberman, líder del partido ultranacionalista Israel es Nuestro Hogar, la franja de Gaza “se ha convertido en un estado de Hamás detrás del cual están Irán y Al Qaeda”.
Olmert se ha pronunciado a favor del despliegue de una fuerza internacional en la frontera de Gaza con Egipto pero únicamente para impedir el tráfico de armas.
“Este es un asunto que hemos tratado ya con socios europeos y que se tratará en la próxima visita a Estados Unidos del primer ministro”, dijo la portavoz de Olmert, Miri Eisin, quien subrayó, no obstante, que se trata “sólo de una sugerencia, pues no corresponde a Israel pedir esta fuerza”.
Mohamed Edwan, portavoz de Abás, indicó, sin embargo, que esto no es algo que la parte palestina, a quien correspondería pedir la fuerza, esté tratando de promover. “No es algo que nos preocupe, tenemos cosas más importantes que hacer”, dijo.
Ayer Abás advirtió de que lo que está ocurriendo en Gaza tiene visos de golpe de Estado y por la tarde la dirección de su partido suspendió su participación en el Gobierno de unidad nacional, del que forma parte con Hamás, mientras dure la violencia.
Hoy Abás no dudó en afirmar que lo que está ocurriendo en Gaza es “una locura”.
Olmert, según han informado fuentes de su entorno a la radio pública israelí, se mantiene en que “no enviará a soldados a morir a Gaza para combatir al lado de las fuerzas moderadas y pragmáticas”, aunque se trate de derrotar a los extremistas.
No obstante, los comentaristas de asuntos militares de la prensa local, opinan que las Fuerzas Armadas israelíes no tendrán otra alternativa que intervenir si los islamistas, que no reconocen el Estado judío, tomasen el control de Gaza y convirtieran ese territorio en base para atacar a Israel.
En Gaza e Israel se interpreta el hecho de que, contrariamente a ocasiones anteriores, los islamistas no estén atacando al territorio israelí en paralelo como una señal de que esta vez se centran en la lucha contra Al-Fatah porque se sienten seguros de ganar.