Israel y Palestina comienza a negociar el final del conflicto
Israel y la Autoridad Nacional Palestina (ANP) comenzarán a negociar mañana este lunes los asuntos centrales del conflicto de Oriente Medio, por primera vez desde la Cumbre de Taba en enero de 2001.
“Si llegamos a un acuerdo sobre estos asuntos, habrá tratado”, reveló este lues el presidente de la ANP, Mahmud Abás, en una declaraciones a un grupo de periodistas en Ramala, al anunciar el comienzo de las negociaciones este lunes.
Las conversaciones, a cargo de la ministra israelí de Exteriores, Tzipi Livni, y del jefe negociador palestino, Ahmed Qurea, se llevarán a cabo de forma paralela en seis asuntos: el futuro de Jerusalén, los asentamientos, los refugiados palestinos, las fronteras, la seguridad y los recursos de agua.
Se trata de la primera vez que Israel y la ANP negocian sobre los problemas que provocan el conflicto desde la Cumbre de Taba (Egipto) en enero de 2001, cuando ya había empezado la Intifada de Al Aksa, que encasilló a las partes en una lucha armada sin cuartel.
Más de 4.500 palestinos y un millar de israelíes han muerto hasta ahora en una lucha armada que no ha sido interrumpida en siete años, a pesar de la voluntad declarada de las partes de sentarse a dialogar en los últimos dos.
Mañana serán los equipos de Livni y Qurea los que abrirán las negociaciones, pero después habrán de transferirlas a subcomisiones de expertos para abordar todos los aspectos técnicos.
Fuentes diplomáticas israelíes confirmaron que ambos “delegados” tienen previsto mañana una nueva reunión y que en ella “se comenzarán a hablar de los temas neurálgicos del conflicto”.
En su última entrevista en Jerusalén, tan sólo un día antes de la visita esta semana del presidente de EEUU, George W. Bush, Abás acordó con el primer ministro israelí, Ehud Olmert, el modelo y los mecanismos de diálogo que seguirán sus negociadores.
El modelo ha sido estructurado en “tres niveles”: en el más alto están Olmert y Abás, que sólo intervendrán para resolver cualquier estancamiento del proceso y dar el visto bueno a lo que se vaya acordando.
Más abajo, Livni, Qurea y sus respectivos equipos irán fijando los principios de la negociación en cada uno de los temas, pero serán una serie de subcomisiones técnicas las que, en el nivel más inferior de los tres, trabajen sobre los detalles.
En su visita a la región entre el miércoles y el viernes, el presidente Bush aseguró que “apoyará” el diálogo en todo momento, pero que no intervendrá en los asuntos sustanciales, porque “han de ser las partes las que lo resuelvan por sí mismas”.
El objetivo de Israel y la ANP es alcanzar un acuerdo de paz antes de que finalice el año, según la visión que expuso Bush en noviembre en la conferencia internacional de paz de Annapolis (estado de Maryland, EEUU).
El comienzo de las negociaciones puede traducirse mañana mismo en el abandono de la coalición parlamentaria que gobierna Israel por parte del partido ultranacionalista Israel Betenu, encabezado por el ministro de Amenazas Estratégicas, Avigdor Lieberman.
Así lo anunció hace unos días uno de los líderes del partido, el ministro de Turismo, Isaac Aharonovich, al decir que “en cuanto comiencen a negociar sobre los temas centrales Israel Betenu se irá”.
Lieberman se entrevistará mañana con Olmert para coordinar sus pasos futuros y, según la prensa local, le dirá que no puede permanecer más en su coalición debido a las negociaciones con los palestinos.
Israel Betenu tiene once diputados, por lo que en principio Olmert seguirá al frente del gobierno con una mayoría de 67 de los 120 que forman el Knéset (Parlamento).
Diferente será la situación si el partido ortodoxo Shas, que se muestra intransigente en negociar el futuro de Jerusalén, sigue los pasos de los nacionalistas, porque, en esa circunstancia, Olmert quedaría con el apoyo de sólo 55 diputados de la Cámara.