''Si Marruecos aplica la regionalización obligará al Polisario a reaccionar''
“El Sahara Occidental no es un territorio marroquí, nunca lo ha sido ni lo será, para que el Rey sea generoso y le conceda un estatuto de regionalización o autonomía”. Brahim Galli, embajador de la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD) en Argelia, critica sin miramientos las intenciones del monarca alauí de comenzar por el Sahara Occidental un proceso de descentralización del país.
El rey de Marruecos anunció hace una semana la creación de una Comisión Consultiva que estudiará cómo poner en marcha su viejo proyecto de regionalización en el país, que quiere que comience por el Sahara Occidental, territorio para el que Mohamed VI ha propuesto en el seno de las Naciones Unidas (ONU) un Plan de Autonomía.
Plan que compite en las negociaciones con el Frente Polisario ?congeladas desde hace casi dos años- con la reivindicación saharaui de celebrar un referéndum libre para decidir el destino del territorio que España abandonó en 1975 “dejando a su ex colonia a su suerte”, se queja el activista saharaui Bachir Lejfani, residente en El Aaiún.
Para Lejfani, el proyecto de descentralización de Marruecos y sus pretensiones en el Sahara Occidental “no comportarán nada bueno”. Este saharaui, a quien las autoridades marroquíes retiraron hace años su documentación para controlarlo según cuenta él mismo, insiste en que el Sahara Occidental “no es marroquí, no les pertenece, y los saharauis no vamos a dejar de luchar por nuestra patria”.
Si Marruecos continúa con su intención de aplicar una regionalización en la ex colonia, advierte, “ya no seremos los saharauis que vivimos aquí los que tengamos que reaccionar, sino nuestro legítimo representante, el Frente Polisario”.
En opinión de Lejfani, “será nuestro gobierno el que tenga que decidir cómo actuar, y es muy probable que les obliguen a tomar una solución violenta que nadie quiere”, dice en referencia a una posible vuelta a las armas.
“Lo que quiere hacer Marruecos va en contra de la comunidad internacional; se trata de aplicar la autonomía por la que negocia en la ONU pero sin el visto bueno de Naciones Unidas y sin consultar a la población civil saharaui ni a su representante, el Frente Polisario”.