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Mubarak niega que ordenase la muerte de manifestantes

MADRID, 3 (EUROPA PRESS)

El expresidente de Egipto Hosni Mubarak ha comparecido este miércoles por primera vez ante la Justicia y, desde la camilla en que ha asistido a la vista a causa de sus problemas de salud, ha negado cualquier responsabilidad en la muerte de manifestantes durante las protestas registradas en enero y febrero.

La Academia de Policía de El Cairo ha sido el escenario de este hito en la reciente historia de Egipto, que debe ahora pasar página de un régimen que se prolongó durante tres décadas y caminar hacia una democracia que, según los jóvenes que siguen manifestándose en las calles, no acaba de llegar.

Junto a Mubarak, las celdas instaladas en la sala de juicios han acogido también a los dos hijos del expresidente, Alaa y Gamal, al exministro del Interior Habib el Adly, así como a otros seis antiguos altos cargos. Entre los acusados también figura el empresario Hussein Salem, pero éste permanece detenido en España y, por tanto, será juzgado 'in abstentia'.

Mubarak tiene que hacer frente a cargos relacionados con la muerte de manifestantes opositores y por supuesta corrupción. El fiscal ha sostenido que el dirigente “tenía intención de matar a manifestantes en distintas provincias donde se estaban llevando a cabo protestas pacíficas por el deterioro de las condiciones” de vida en Egipto. Los asesinatos, ha precisado, fueron ordenados durante los 18 días que duraron las manifestaciones que forzaron su dimisión y entre 2000 y 2010.

“Rechazo por completo todas esas acusaciones”, ha declarado Mubarak, en un paso también dado por sus dos hijos, que llevaban cada uno un ejemplar del Corán.

Durante la revuelta que derrocó al régimen anterior, la Policía disparó pelotas de goma y balas reales y usó gases lacrimógenos contra los manifestantes en El Cairo y otras ciudades, causando la muerte de más de 800 personas y dejando heridas a más de 6.000. Cuando el presidente cedió el poder al Ejército, se marchó a Sharm el Sheij, en la costa del mar Rojo, donde su estado de salud ha ido empeorando en los últimos meses.

Hasta horas antes del juicio se había especulado sobre si Mubarak, de 83 años, acudiría al tribunal por el delicado estado de salud al que siempre se ha referido su defensa, que también ha tratado de recusar a la corte por incompetente. Desde el pasado abril, ha estado hospitalizado en Sharm el Sheij.

El juicio contra el expresidente egipcio se reanudará el próximo 15 de agosto, según ha anunciado el magistrado encargado del caso, Ahmed Refaat, que ha explicado que Mubarak permanecerá ingresado hasta entonces en un centro hospitalario en las afueras de El Cairo. El tribunal volverá a reunirse mañana, jueves, para examinar el caso del ex ministro del Interior.

Si Mubarak es declarado culpable, podría ser condenado a pena de muerte. El pasado mes de abril aseguró que iba a desvincular su nombre y el de su familia de las acusaciones de corrupción.

EXPECTACIÓN Y ENFRENTAMIENTOS

El juicio contra Mubarak ha sido seguido por televisión, que ha recogido las imágenes de la esperada comparecencia, e incluso se ha instalado una pantalla gigante junto al tribunal.

Las fuerzas de seguridad han realizado un amplio despliegue durante todo el día, también en la plaza Tahrir, epicentro de las protestas que comenzaron el 25 de enero y derrocaron al régimen anterior. En la zona había policías y militares con material antidisturbios, decenas de furgones policiales y algunos vehículos militares blindados.

Los principales incidentes han tenido lugar en las inmediaciones del edificio donde se celebraba la vista. En torno a medio millar de simpatizantes del antiguo presidente y otros tantos detractores se han lanzado piedras, cristales o botellas, en un ejemplo de la tensión que todavía subyace en la población.

Mientras unos gritaban “Mubarak, mantén la cabeza alta” y “Si Hosni Mubarak es condenado, demoleremos la prisión y la echaremos abajo”, otros decían “Alzad vuestra voz, la libertad no morirá”.

El Ministerio de Sanidad ha confirmado 53 heridos a causa de estos enfrentamientos, según datos recogidos por el periódico local 'Al Ahram'. Los enfrentamientos, iniciados a primera hora de la mañana, también han concluido con al menos tres personas detenidas.

Ahmed Farghali, uno de los manifestantes que se han concentrado junto al hospital de la ciudad de Sharm el Sheij, donde estaba Mubarak antes de volar a El Cairo, ha dicho que no puede creer que haya visto al expresidente encerrado en una celda. “No lo había imaginado ni en mis sueños más descabellados”, ha declarado, informa Reuters.

Por su parte, Ahmed Amer, empleado de la compañía de aguas y concentrado junto al complejo judicial, se ha confesado “muy feliz” por el procesamiento y ha confiado en que “mañana será mejor”, ya que “el próximo presidente sabe lo que le puede pasar si va contra su pueblo”.

Sin embargo, para otros como Jaled Hassan, un fontanero de 41 años, Mubarak es un anciano y debería beneficiarse de la “clemencia” de las actuales autoridades. “Estoy triste, muy triste. Nunca imaginé ver a mi presidente tumbado así en una cama”, ha lamentado, en una entrevista a Reuters.

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