Casi 100 muertos en un atentado contra la comitiva de Bhutto en su regreso
El atentado perpetrado durante la noche de este jueves en la ciudad paquistaní de Karachi, que causó casi un centenar de muertos al paso de la comitiva de la ex primera ministra Benazir Bhutto, pone a prueba su afirmación de que no se iba a dejar intimidar por las amenazas de grupos extremistas. Según la cadena de televisión Geo, al menos 95 personas murieron y un centenar resultaron heridas en dos potentes explosiones al paso del camión blindado en el que viajaba Benazir Bhutto, que resultó ilesa.
La ex primera ministra se desplazaba desde el aeropuerto de Karachi, adonde regresó este jueves procedente de Dubai tras un exilio de ocho años y medio, hasta el mausoleo de Mohamad Alí Jinah, el padre de la patria paquistaní, donde tenía previsto pronunciar un discurso, que fue cancelado tras el atentado. Las explosiones se produjeron muy cerca del vehículo en el que viajaba la ex primera ministra.
En una declaración, el presidente de Pakistán, general Pervez Musharraf, expresó su condena y su repulsa por el atentado, que costó la vida a al menos una treintena de miembros de las fuerzas de seguridad. El ministro del Interior paquistaní, Aftab Ahmed Khan Sherpao, dijo al canal ARY que las fuerzas de seguridad encontraron entre los restos de las explosiones fragmentos humanos que podrían corresponder al menos a un terrorista suicida.
Según el ministro, los dispositivos inhibidores de frecuencia del vehículo en el que viajaba Bhutto no sirvieron de nada, ya que las explosiones no se realizaron por control remoto sino que se trató de un atentado suicida.
“Peones o juguetes”
En declaraciones formuladas recientemente al diario británico The Guardian, Bhutto había manifestado que las amenazas contra ella provenían de algunos oficiales del Ejército retirados que estaban organizando un complot para asesinarla y que los líderes tribales que le han amenazado no serían más que “peones o juguetes” de aquellos. Bhutto, que en el momento de las explosiones se encontraba descansando en la parte inferior blindada del vehículo, no sufrió ningún daño y fue trasladada a su residencia de Karachi, la Bilawal House.
El camión-caravana que la transportaba quedó sin embargo parcialmente dañado y decenas de restos humanos se podían observar tras las explosiones alrededor del mismo. La mayoría de los muertos son gente que se encontraba en los arcenes dando la bienvenida a la ex primera ministra y agentes de seguridad que custodiaban la comitiva
El viceministro paquistaní de Información, Tariq Azim, recordó que el Gobierno había dado a Bhutto el “consejo amistoso” de que pospusiera su regreso dadas las amenazas de atentados de radicales islámicos, pero la líder opositora lo rechazó. A su llegada a Karachi, procedente de Dubai, Bhutto declaró telefónicamente al canal de televisión ARY que no se iba a dejar “intimidar” por las amenazas de los extremistas islámicos, que, subrayó, “están intentando apoderarse” de Pakistán.
Bhutto regresó a Pakistán después de alcanzar un acuerdo con el presidente Musharraf, quien le concedió una amnistía a los delitos de corrupción que se le imputaban. En este sentido, la ex primera ministra recalcó que el acuerdo alcanzado con Musharraf pretende “asegurar una transición a la democracia” y “movilizar a las fuerzas moderadas en la sociedad paquistaní para enfrentarse y contener a los fanáticos y extremistas que están intentando apoderarse” del país.
“Las fuerzas de la moderación y la democracia deben prevalecer sobre el extremismo y la dictadura”, dijo la líder del PPP, quien añadió que “no consentiré nada a la tiranía, sino que encabezaré la lucha contra ella”. El Gobierno había destacado a unos 20.000 agentes en Karachi para proteger a Bhutto, a quien acudieron a recibir cientos de miles de seguidores, convocados por el PPP, la formación de Bhutto y principal fuerza de la oposición.