El octavo presidente
François Hollande se ha convertido este domingo en vencedor de las elecciones presidenciales en Francia gracias al apoyo del 50,83% de los votos frente al 49,17% conseguido por su rival en la segunda vuelta, Nicolas Sarkozy, que no consigue revalidar su triunfo de 2007.
Hollande, de 57 años, se ha convertido en el VIII presidente de la V República francesa, el segundo socialista en alcanzar el Elíseo tras François Mitterand. Precisamente, su carrera política comenzó como consejero económico en la etapa final de Mitterrand en la Presidencia del país.
Hollande, licenciado en Derecho, pidió el ingreso en el Colegio de Abogados en 1996 en un primer paso para abandonar la política tras el triunfo de Jacques Chirac en 1995, lo que devolvió a los conservadores la Presidencia del país.
Sin embargo, un año después, el presidente electo consiguió salir elegido en la provincia de Corrèze en las elecciones legislativas y Lionel Jospin, que se convirtió en primer ministro tras el triunfo de los socialistas en esos mismos comicios, le ofreció el puesto de primer secretario del Partido.
Hollande dirigió la formación hasta 2008, cuando fue derrotado por Martine Aubrey, hija del político Jacques Delors -presidente de la Comisión Europea de 1985 a 1995- y actual alcaldesa de Lille, una ciudad del norte de Francia.
El presidente electo sí que consiguió imponerse a Aubrey en las primarias francesas celebradas el pasado año como candidato al Elíseo y después de que Dominique Strauss-Khan, claro favorito a sustituir a Sarkozy gracias al apoyo popular y al prestigio conseguido como director del Fondo Monetario Internacional, fuese acusado en mayo de 2011 de asalto sexual por una camarera del hotel Sofitel de Nueva York.
Crecimiento
Hollande ha conseguido el triunfo con la promesa de un cambio en el modelo económico europeo que ha estado liderado por la canciller alemana, Angela Merkel, y Sarkozy -lo que les ha valido el alias de Merkozy- que defendían una política de austeridad y de recorte del gasto que ha llevado a la mayor parte de los países del sur de Europa a sufrir una segunda recesión en menos de cuatro años.
Con la inmigración y los ataques a España como centro de la campaña electoral francesa, Hollande ha prometido en los últimos meses luchar contra el sistema bancario internacional con la puesta en marcha de medidas proteccionistas para la industria francesa y europea.
El dirigente socialista ha basado sus medidas económicas en el impulso del crecimiento con un aumento de los impuestos a la rentas más altas, como la subida hasta el 75 por ciento a las personas que cobren más de un millón de euros y nuevas tasas a las transacciones financieras, así como a los depósitos de ciudadanos franceses en países del entorno, como Luxemburgo o Suiza.
Entre las medidas para apoyar a Europa, Hollande ha propuesto la creación de una agencia de calificación con países del Eurogrupo y los eurobonos, para apoyar a los países con problemas de financiación. Además, también ha prometido la contratación de 60.000 nuevos profesores y un cambio en la gestión de la sanidad para acabar con la idea del “hospital-empresa”.
Sarkozy se ha convertido en el primer presidente francés que no consigue revalidar su título desde hace 30 años, cuando Valery Giscard d'Estaing perdió en 1981 ante Miterrand. Hollande, apodado como Monsieur Normal o Flamby -la marca de un flan francés-, abre una nueva etapa en Francia y en la UE, con Merkel como principal y única defensora de las políticas de recortes.