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El presidente de Georgia adelanta las elecciones tras la crítica internacional

El líder georgiano, Mijaíl Saakashvili, reaccionó este jueves a los llamamientos a la calma de la comunidad internacional con el adelanto a enero de 2008 las elecciones presidenciales y la promesa de que levantará en breve el estado de excepción. “Deseo recibir un mandato de confianza del pueblo, para contrarrestar cualquier amenaza procedente del exterior, cualquier presión e intento de anexión de una parte de nuestro territorio”, aseguró Saakashvili en directo por la televisión pública.

Saakashvili, el principal aliado de Estados Unidos en el Cáucaso, aludió, de nuevo, a la potencia del norte (Rusia) al asegurar que “los comicios presidenciales tendrán lugar según nuestro calendario y no según el calendario de nuestros enemigos”. El líder georgiano, que fue aupado al poder tras la incruenta Revolución de las Rosas (2003), aseguró que los comicios georgianos no podían coincidir, de ninguna manera, con las elecciones presidenciales rusas, que se celebrarán en marzo próximo.

“Cómo que no soy demócrata, si reduzco el período de mi mandato”, dijo Saakashvili, que fue elegido a principios de 2004 para un mandato de cinco años.

Candidato alternativo

Nada mas conocerse la fecha de las elecciones, ya surgió un candidato alternativo, el líder de la Nueva Derecha, David Gamkrelidze, mientras otros diputados opositores describieron el adelanto de los comicios como una “victoria del pueblo”. Además, anunció que coincidiendo con los comicios presidenciales se celebrará un referéndum para decidir la fecha de convocatoria de elecciones parlamentarias: en primavera, como demanda la oposición, o en otoño del próximo año.

El Parlamento introdujo recientemente una enmienda a la Constitución para que las elecciones parlamentarias y las presidenciales coincidieran a finales del próximo año, lo que fue recibido de uñas por la oposición que tachó la reforma de “ilegal”. La convocatoria de elecciones legislativas a principios de 2008 era la principal demanda de la oposición, que se manifestó en masa en el centro de Tiflis hasta que la víspera los efectivos antidisturbios dispersaron violentamente a sus partidarios.

En cuanto al estado de excepción, que el presidente decretó la noche del miércoles por 15 días y que fue recibido con reservas incluso por sus aliados occidentales, Saakashvili afirmó que éste será levantado en “los próximos días”. Eso sí, justificó la adopción de esa medida extraordinaria como “una respuesta forzosa, pero la única adecuada a los intentos de destruir el orden constitucional”.

El uso desproporcionado de la fuerza contra los manifestantes y el cierre del canal de televisión independiente Imedi desembocó en un aluvión de críticas por parte de diversas organizaciones internacionales, entre ellas, la ONU. “Hemos salido de la crisis aún más fortalecidos. Hemos defendido el estado y la democracia. Hay documentos que confirman la implicación de fuerzas foráneas en estos acontecimientos”, replicó Saakashvili.

El centro de la capital georgiana amaneció hoy prácticamente ocupado por las fuerzas de seguridad, se suspendieron las clases hasta el próximo lunes, mientras la Televisión Pública es el único medio autorizado a difundir noticias.

Busca y captura de dos opositores

Por otra parte, el Fiscal adjunto de Georgia, Nikoloz Gvaramia, emitió este jueves una orden de busca y captura contra dos líderes de la oposición por espionaje e intento de revertir el orden constitucional. Se trata de Shalva Natelashvili, líder del Partido Laborista, y Konstantín Gamsajurdia, líder del movimiento Libertad e hijo del difunto presidente de Georgia, que habrían colaborado con los servicios secretos rusos, a los que Saakashvili acusó de “crear un gobierno paralelo” para usurpar el poder a finales de este año.

Las autoridades georgianas aseguran tener en su poder documentos y cintas con conversaciones entre esos dos políticos y funcionarios de la embajada rusa en Tiflis. Por esta razón, Saakashvili anunció el miércoles la expulsión de tres diplomáticos rusos, que abandonarán este país caucásico en las próximas horas.

Rusia, que cerrará en los próximos días su última base militar en territorio georgiano tras más de 200 años de presencia militar, respondió este jueves al declarar persona non grata al mismo número de diplomáticos georgianos acreditados en Moscú. El portavoz de la Cancillería rusa señaló que “todas las declaraciones del Gobierno georgiano sobre la supuesta interferencia de Rusia en los asuntos internos de Georgia no se corresponden con la verdad”.

Añadió que con esas infundadas acusaciones las autoridades de Georgia tratan de ocultar su “incapacidad” para resolver los problemas internos de su propio país. Las relaciones entre Tiflis y Moscú se encuentran prácticamente congeladas desde que en septiembre de 2006 las autoridades georgianas detuvieran y posteriormente expulsaran a cuatro militares rusos por espionaje.

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