Al PSOE le basta pactar con CiU para gobernar sin sus socios
El resultado de las elecciones generales, con el PSOE vencedor a siete escaños de la mayoría absoluta, ha dibujado un mapa político en el cual los socialistas precisarán de apoyos para gobernar, pero no les bastarán sus anteriores socios de IU y ERC por su fuerte descenso, y sí los diez escaños de CiU.
En cualquier caso, el PSOE siempre tendrá que contar con respaldo parlamentario de alguna fuerza nacionalista para sacar adelante sus iniciativas legislativas y sumar esos siete votos que necesita en el Congreso.
El descalabro de ERC, que pasa de ocho a tres diputados, y de Izquierda Unida, que de los cinco que tenía baja a dos, reduce a unos insuficientes cinco escaños la posible ayuda que sus socios de la anterior legislatura podrían ofrecer a los socialistas.
Por ello, las opciones que incluyan a ERC y a IU siempre deberán contar al menos con el BNG, los nacionalistas gallegos que mantienen sus dos diputados, ya que Coalición Canaria (dos escaños) queda excluida por gobernar con el PP en las islas.
La opción de los nacionalistas vascos del PNV es también insuficiente por sí sola, ya que este partido puede aportar seis escaños (tenía siete).
No obstante, su apoyo podrá reforzarse fácilmente con Nafarroa Bai, que conserva su representante en el Congreso.
Además de la debacle de ERC e IU, el arco parlamentario queda modificado respecto a 2004 por la desaparición de dos fuerzas con las que el PSOE ha podido contar en la legislatura pasada, como la Chunta Aragonesista y Eusko Alrkartasuna.
Al mismo tiempo entra en el hemiciclo Unión, Progreso y Democracia (UPyD), pero su única diputada electa, Rosa Díez, ha dejado claro durante la campaña que su objetivo es impedir que el nuevo Gobierno pacte con los nacionalistas.
Con este panorama, aunque en la distribución de escaños avanza el bipartidismo (el PSOE gana cinco diputados y el PP seis), y hay un gran desgaste de diversas formaciones nacionalistas, su concurso puede resultar imprescindible para que el partido vencedor de las elecciones generales pueda ejecutar su programa de Gobierno.
Menos grupos parlamentarios
El Congreso resultante de las elecciones celebradas hoy seguirá teniendo como formación mayoritaria al PSOE, que con 169 escaños supera en 16 al Partido Popular, y verá disminuir el número de sus grupos parlamentarios, ya que, a la vista de los resultados, lo pierden IU-ICV y ERC.
Si los socialistas han sumado cinco diputados más a los 164 que obtuvieron hace cuatro años, el PP ha logrado cinco más que en 2004 y tendrá un grupo compuesto por 153 parlamentarios.
Son siete los escaños que han separado al PSOE de la mayoría absoluta, y, por tanto, aunque en menor medida, tendrá que seguir contando con otras formaciones para sacar adelante sus iniciativas.
Eso provocará que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y los dirigentes socialistas tengan que decidir sus compañeros de viaje para la legislatura que se abrirá el próximo 1 de abril con la constitución de la Cámara.
Cabe la posibilidad de que Zapatero y los suyos decidan no comprometerse a pactos de legislatura y busquen apoyos puntuales en función de las iniciativas que pretendan sacar adelante.
Pero si prefirieran un mayor grado de compromiso tendrían que elegir entre el abanico de posibilidades abierto con las elecciones.
Las opciones que tienen ante sí son los nacionalistas de Convergencia i Unió, cuyos once escaños (uno más de los que disponía hasta ahora) serían suficientes para sacar adelante sus propuestas, o los socios de la legislatura anterior, ERC, IU y BNG, pese a que los dos primeros han quedado notablemente debilitados.
Esquerra Republicana de Catalunya ha sido la formación que más representación ha perdido, ya que ha bajado de ocho a tres escaños, e Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya ha visto cómo sus cinco actas de 2004 se han reducido a sólo dos.
También se ha quedado en el camino uno de los siete diputados que formaban el grupo del Partido Nacionalista Vasco y otro de los tres de los que disponía Coalición Canaria.
Como ha ocurrido prácticamente en cada cita con las urnas para renovar el Congreso, también en esta ocasión ha habido formaciones que abandonarán la Cámara y alguna que se estrenará en ella.
En este último caso se encuentra Unión, Progreso y Democracia (UPyD), el partido que se estrenaba en estos comicios y que ha logrado sentar a Rosa Díez en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo.
En el capítulo de bajas, dos formaciones, Eusko Alkartasuna y la Chunta Aragonesista, se quedan sin representación al perder el parlamentario que tenía cada una de ellas.
El aumento de escaños del PSOE y PP implica un nuevo paso adelante del bipartidismo a costa, lógicamente, de las formaciones minoritarias.
Si en la anterior legislatura eran 312 los escaños que sumaban los dos grupos más numerosos, los cuatro años que hay por delante sumarán 322, con lo que el resto de formaciones ha visto mermada su presencia y tendrán 28 diputados frente a los 38 que les representaban hasta ahora.
PSOE y PP copan el 92% de los diputados
Los dos grandes partidos de implantación nacional, PSOE y PP, han logrado reunir en los comicios celebrados hoy los votos del 84 por ciento de los electores y sumar 322 escaños, el 92 por ciento de los que forman la Cámara Baja, según los datos oficiales con el 99,98 por ciento de los votos escrutados.
Se trata de un paso más hacia un bipartidismo casi completo iniciado desde el mismo momento en que el sistema electoral español adoptó su actual configuración de dos grandes partidos.
Desde 1989, primeros comicios en los que el PP concurrió con esas siglas, los dos grandes partidos han ido copando el espectro parlamentario paso a paso y reduciendo así la representación del resto de las fuerzas políticas.
En aquella ocasión, socialistas y populares sumaron el 65,39 por ciento de los votos y 282 diputados.
Cuatro años más tarde, el porcentaje subió hasta el 73,54, y los diputados, hasta los 300.
En 1996, año de la primera victoria del PP, se dio un paso más hacia el bipartidismo en cuanto a porcentaje de votos (las dos grandes fuerzas sumaron un 76,42 por ciento), aunque en escaños retrocedieron apenas hasta 297.
Las elecciones de 2000, en las que PP y PSOE sumaron casi el 79 por ciento de los sufragios y 308 escaños, y las de 2004 (80,3 por ciento de los votos y 312 actas de diputado) fueron los pasos siguientes en la polarización del electorado, y sobre todo de la Cámara, en torno a los dos grandes partidos.
El siguiente cuadro recoge el porcentaje de votos que sumaron las dos principales fuerzas políticas (PSOE y PP) así como la suma de sus escaños en cada unas de las elecciones generales celebradas desde 1989 hasta 2008.