La UE advierte a Libia contra la condena a muerte de seis personas

La UE advirtió este martes de que la condena a muerte de cinco enfermeras búlgaras y un médico palestino acusados de contagiar el sida a más de 400 niños libios puede obstaculizar su relación con Trípoli, y pidió que la Corte Suprema libia busque una solución “justa, equitativa y humanitaria”.

La UE, que se opone a la pena de muerte, reiteró su “preocupación” por la forma en que se desarrolló el proceso y las largas demoras que sufrió, así como por el trato que recibieron los acusados en la cárcel, señaló la Presidencia finlandesa de turno de la Unión en un comunicado.

Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, calificó la decisión del Tribunal Penal de Trípoli de “inaceptable” y la condenó fuertemente, según dijo hoy su portavoz, Johannes Laitenberger.

Sin embargo, la Comisión no quiere pronunciarse sobre eventuales sanciones contra las autoridades libias antes de haber consultado el asunto con los ministros de Justicia e Interior de la Unión Europea.

El Ejecutivo comunitario decidió la semana pasada destinar medio millón de euros a las víctimas del sida en Libia y también coopera de otras formas con el país, pero fuentes comunitarias destacaron que la ayuda humanitaria no se puede condicionar, dado que se trata de “una asistencia de solidaridad humana”.

El comisario europeo de Libertad, Seguridad y Justicia, Franco Frattini, alertó de que esta sentencia puede obstaculizar la cooperación entre la UE y Libia.

Frattini recordó que Bulgaria, país de origen de las cinco enfermeras, será Estado miembro de la UE desde el próximo 1 de enero, y dijo que espera que las autoridades libias reflexionen sobre esta situación “tan pronto como sea posible”.

“Si no lo hacen, con franqueza será un obstáculo para nuestra cooperación”, añadió el comisario.

El presidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell, subrayó en un comunicado que su institución “siempre ha rechazado con fuerza el uso mismo de la pena capital” y que, en una reciente resolución, ha manifestado su apoyo a las enfermeras encarceladas.

Borrell coincidió en que la condena constituye “un obstáculo para la mejora de las relaciones entre la Unión Europea y Libia” y pidió a las autoridades de Trípoli “que revisen este veredicto, durante el próximo examen del recurso ante el Tribunal Supremo”.

Por su parte, la comisaria de Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, confió en que se llevará a cabo una medida de clemencia, “en el mismo espíritu de respeto mutuo y de compasión humanitaria que ha marcado las discusiones intensas entre, por una parte, la UE y otros socios y, por otra parte, las familias de los niños (del hospital de la ciudad) de Benghazi”.

El ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, cuyo país asumirá a partir del próximo 1 de enero la presidencia de la Unión, aseguró en Bruselas que “la UE seguirá presionando para que Libia solucione este caso”.

La presidenta de la delegación del Parlamento Europeo para las relaciones con el Magreb, Luisa Fernanda Rudi (PP), instó a las autoridades libias a “replantearse la condena”, toda vez que “las indiscutibles pruebas científicas demuestran la inocencia del personal sanitario”.

La eurodiputada del PP urgió también a las autoridades libias “a replantearse la pena de muerte, y a iniciar una nueva vía para la inmediata liberación de dichas personas, prosiguiendo el camino de cooperación que existe entre Libia y la UE”.

Las cinco enfermeras y el médico fueron encarcelados en febrero de 1999 y condenados a muerte en mayo de 2004, aunque en diciembre de 2005 el Tribunal Supremo de Casación de Libia anuló la condena y ordenó la revisión del juicio por considerar que hubo fallos en el procedimiento.

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