Venganza sangrienta de la Mafia

El asesinato de seis italianos la madrugada de este miércoles en la ciudad alemana de Duisenburg, en el oeste de Alemania, forma parte de una venganza que comenzó entre familias pertenecientes a la organización mafiosa Ndrangheta en 1991, según las autoridades italianas.

Tanto el Ministerio del Interior como la fiscalía de Reggio Calabria, región del sur de Italia donde se asienta la Ndrangheta, han vinculado los hechos con ese ajuste de cuentas, conocido en el país como la venganza de San Luca.

Lo ocurrido en Alemania “es la continuación de un conflicto entre familias que surgió en San Luca”, dijo en una rueda de prensa el ministro del Interior, Giuliano Amato, que expresó su temor de que los asesinatos continúen ahora en Italia.

“Que la venganza de San Luca podía tener un desarrollo clamoroso, lo sabíamos. No podíamos saber dónde y cuándo, pero estábamos seguros de que habría muertos. En cierto sentido, era una crimen anunciado”, ha afirmado también el fiscal adjunto de Reggio Calabria, Salvatore Boemi, en una entrevista con la agencia de noticias ANSA.

Sin embargo, no por esperado ha dejado de sorprender este múltiple asesinato a los investigadores, en especial por su espectacularidad, al haberse cometido fuera del territorio italiano, y por su ferocidad.

“Lo que no se podía prever era esta espectacularidad de la acción criminal y la exportación de la venganza al extranjero”, señaló Boemi.

El fiscal adjunto considera que el grupo que ordenó las muertes prefirió asesinar en Alemania, ya que en Italia “las familias implicadas en la venganza estaban bajo una estrecha vigilancia”.

Para Boemi, la ejecución de los asesinatos en Alemania otorga al crimen una espectacularidad que representa un nuevo paso para la Ndrangheta al incluir un acto de venganza en un escenario europeo“.

El viceministro del Interior, Marco Minniti, ha coincidido con la opinión del fiscal y ha declarado que la decisión de matar en otro país supone un “salto cualitativo preocupante” en la estrategia de la que está considerada como una de las organizaciones mafiosas más importantes de Europa.

“El hecho extraordinario de que estos asesinatos se hayan producido no sólo fuera del territorio en el que actúan las familias, sino más allá de las fronteras nacionales, es grave”, añadió Minniti.

A las autoridades italianas también les ha llamado la atención la ferocidad con que se emplearon los pistoleros, ya que en el lugar de los hechos, una pizzeria, se hallaron setenta casquillos de bala y todas las víctimas presentaban un tiro de gracia.

Según informaciones difundidas por los medios de comunicación locales, las víctimas acudieron la noche del martes al restaurante italiano, propiedad de Giuseppe Strangio, para celebrar el aniversario de uno de ellos, Tommaso Venturi, que cumplía 18 años.

El resto de las víctimas son Franco y Marco Pergola, de 22 y 20 años, respectivamente, Marco Marmo, de 25, y Sebastiano Strangio de 39.

El sexto asesinado es un menor que cumplía los 18 años dentro de diez días y cuya identidad no se ha difundido.

La venganza de San Luca comenzó de una forma muy banal con el lanzamiento de huevos entre diversos grupos en los carnavales de 1991, pero continuó en una pelea callejera que terminó con dos muertos y dos heridos.

Desde entonces, no ha cesado este ajuste de cuentas, conocido como faida, palabra que en italiano designa una venganza particular que era admitida por las leyes medievales.

La venganza de San Luca se ha cobrado desde 1991 la vida de quince personas pertenecientes a diferentes clanes de la Ndrangheta.

Esa organización criminal está considerada como la más importante de Italia y, según datos del Ministerio del Interior, superó en poder a la siciliana Cosa Nostra hace ya tres años.

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