La Graciosa avanza a la Fase 2 sin expectativas y a la espera del turismo: “Seamos realistas, el virus llegará”

Un niño corre por la playa de Caleta de Sebo, en la isla de La Graciosa, este lunes en el primer día de la fase 2 de la desescalada.

Natalia G. Vargas

Teguise —

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Las nubes y el viento que cubren el cielo de La Graciosa este lunes hacen que sus 700 habitantes no puedan disfrutar de una de las nuevas actividades permitidas en la segunda fase de la desescalada: bañarse en el mar. Salvo algunos pescadores que han desempolvado sus cañas y anzuelos y los vecinos que pueden sentarse en las mesas interiores del único bar que está abierto, la imagen que ofrece la isla más pequeña del Archipiélago apenas difiere de la que ha presentado en las dos últimas semanas, cuando junto a La Gomera y El Hierro se adelantaba al resto del país entrando en la Fase 1.

Los comercios abiertos siguen siendo los mismos: el supermercado, la carnicería, el restaurante El Marinero y algún que otro establecimiento que reparte comida a domicilio. Una estampa que se prolongará hasta que se retomen las conexiones con el exterior y el turismo vuelva a llenar los bares y las playas. Hasta entonces, los apartamentos y complejos turísticos siguen cerrados. “Si abren, no tendrán beneficios”, apunta Marcial, un vecino.

Para cuando llegue el momento y La Graciosa comience a recibir visitantes de otros puntos de la región, “tendrá que estar preparada”. “Esperemos que no, pero tenemos que ser realistas. Antes o después, el virus llegará”, valora Marcial. El miembro de la Asociación de Voluntarios en Emergencias y Rescate de Lanzarote (Emerlan) explica que, cuando se reabran los puertos, si una persona llega con síntomas a la Isla, debe pasar una cuarentena en su domicilio o en el apartamento que haya alquilado. Además, se debe controlar también su red de contactos para evitar la propagación de la COVID-19. 

En los últimos días, los residentes han visto llegar a personas de Lanzarote que se desplazan a sus segundas viviendas en la Isla, a pesar de no haber pasado allí las primeras fases del confinamiento. “Este fin de semana ha habido una mayor afluencia de personas, aunque no excesiva”, apunta Pedro Páez, vecino y responsable de Emerlan en La Graciosa. Alicia Páez, concejala delegada del Ayuntamiento de Teguise en la Isla, ha asegurado a este periódico que solo pueden entrar si están empadronados, puesto que la isla vecina aún continúa en la fase 1, que restringe la libertad de circulación al territorio insular.

En el caso de las personas que por motivos justificados entren y salgan de La Graciosa, tal y como explica Páez, se les toma la temperatura en el puerto. Pero la concejala reivindica que, cuando la afluencia sea más intensa, se hagan test para que la Isla siga siendo el único punto de España que ha esquivado la pandemia. “Esperemos seguir siendo noticia por esto y no por que el virus haya entrado”, espera Marcial. 

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