Sinceramente, como alopécico que soy, o individuo perteneciente a la gran minoría marginal de los calvos, no puedo menos que agradecer a Will Smith que haya partido una lanza, o más bien una cara, por nosotros, y lo digo por la cantidad de veces que a lo largo de mi vida he tenido que soportar bromitas sobre la ausencia de pelo en la parte superior de mi cabeza. Ya sé que lo hizo por su esposa, y por muy heteropatriarcal que pueda parecer el hecho, Chris Rock es una de esas personas que puede permitirse en los Estados Unidos hacer una broma de franco mal gusto sobre la calvicie de una señora , pues es rico, tiene 50 millones de seguidores y es el cómico más popular del país. Incluso un amigo mío, más calvo incluso que yo, y mucho más prematuro, él dice que ya fue calvo en vidas anteriores, propone que a partir de ahora los Óscar sean sustituidos por los Bofetón, es decir Bofetón al mejor actor, mejor película, mejor dirección etc., y den una estatuilla en que se vea una mano golpeando una mejilla. Es curioso que en un país donde todo el mundo anda armado hasta los dientes y el cine contiene más violencia que la batalla de Lepanto , haya tanto escándalo por una torta dada de refilón. Para pacifista yo, que he aguantado miles de puyas a lo largo de mi vida y a lo ancho de mi calvicie sin despeinarme. Comparado con Will Smith, yo soy Gandhi, que por cierto era calvo y que el pacifista más grande sea calvo algo querrá decir, digo yo. ( Me dicen ahora que Will Smith no actúo como tal sino como Men in Black pues le pareció verle un rejo alienígena a Chris Rock. El argumento no carece de cierta lógica).