Aleluya, parece que al fin nos bajan la gasolina a los menores, digo, a las menores, albricias, ya iba siendo hora, aunque según parece será el año que viene, que por cierto es muy largo, esperemos que sea en enero, y no en diciembre, ya sé, ya sé que soy muy mal pensado, aunque siempre me excuso diciendo que el mundo me ha hecho así. Bueno, veinte céntimos por litro no está tan mal y creo que debería abaratar alguna cosa más que la gasolina y dejarnos algunos euritos para el consumo que buena falta nos hace. Un amigo de estos de línea optimista ya fue reclamando a una gasolinera la rebajita después de haber llenado el tanque a rebosar. En fin, habrá que esperar al 24 para dar esa vuelta a la isla en modo ‘Premium’, es decir bajando al Tablado, a San Antonio y Santo Domingo, asomando la nariz a todos los miradores, luego al vértigo de Nogales e incluso yendo por el Norte y volviendo por Fuencaliente después de cruzar las coladas y visitar el ahora muy aseadito barrio de El Remo, por el precio de la gasolina que no sea, que el efecto sicológico de la bajada va a ser tal que vamos a gastar más en gasolina que nunca; en fin, avisados están, y luego no digan que los milagros no suceden todos los días y hay que saber administrarlos, que hasta los apóstoles tuvieron que racionar los panes y los peces.