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Mitología awara. Las puertas del Norte: Kochab y Polar

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En la Historia Antigua de Canarias, difícilmente se pueden encontrar pruebas tangibles y concretas de las ideas religiosas de los antiguos pobladores, eso no se fosiliza; pero sí nos llegan los objetos materiales donde dichas creencias se asientan. Detallados objetos como símbolos sagrados sobre los que se proyectan estas ideas profundas y hacen que lo espiritual sea más cercano y aprehensible.

La vida del hombre antiguo no tiene sentido sin el mundo superior, sin un cielo, sin la experiencia de lo sagrado. Los astros constituían el eje de su cosmovisión, la fuente de inspiración, de precisión temporal, mito y personificación de dioses. En nuestros días esa mentalidad lejana es difícil de concebir.

(Alineacion kochab polar)

En la actualidad existe una estrella fija en nuestro Hemisferio Norte que es Polaris o estrella Polar, sin embargo hace dos mil años, debido a la precesión de los equinoccios (fenómeno del movimiento de giro del eje de rotación de la tierra alrededor del eje de la eclíptica), no existía ninguna que se pudiera apreciar a simple vista. La más cercana al Norte geográfico era Kochab, la segunda estrella más brillante de la constelación de la Osa Menor, conocida por los antiguos árabes como Al Kaukab-ash-Shamali 'la estrella del Norte'. Para los egipcios la estrella Kochab se asociaba con la regeneración cósmica y la inmortalidad del alma. Era identificada con “la azada de Upuaut”, haciendo referencia al dios de los difuntos, “el abridor de caminos”. Esta azada, nwt en egipcio, era usada para los rituales fúnebres, durante la ceremonia de “la apertura de la boca”, que garantizaba que el difunto pudiera hablar y así pronunciar las palabras mágicas del Libro de los Muertos para acceder a la vida eterna. (http://astrologosdelmundo.ning.com/profiles/blogs/la-osa-menor-el-polo-norte-y).

(Dique de Los Andenes III (izquierda) y dique de Tamagantera)

También encontramos sus huellas entre babilonios, fenicios y amazigh, pero centrémonos en la isla de los awara (La Palma) concretamente en las cumbres de la cara Norte de la Isla, en ambos márgenes del profundo Barranco de Los Hombres, entre los 2.010 y los 2.147 metros de altitud. Existen dos diques que contienen unos pocos grabados rupestres con formas geométricas (espirales, meandros, grecas, círculos concéntricos y una herradura), se localizan en sendos diques -formación volcánica ígnea intrusiva de forma tabular con un espesor y dimensiones variables y de gran extensión lateral que la erosión ha dejado al descubierto, adquiriendo la forma de paredes de piedra-.

Tamagantera

El entorno contiene un pequeño grupo de covachas, utilizadas como refugio estival por los pastores awara, justo donde se encuentra una de las mejores fuentes de cumbre, capaz de manar agua durante el verano e inviernos secos. El dique se encuentra a tan sólo cien metros de la fuente. Allí se talló, en el extremo Sur, un grabado geométrico realizado con técnica de picado que parte de un círculo central y meandros con giro interno en muy mal estado de conservación por el desgaste y exfoliación de la roca. Sólo se puede apreciar cuando es iluminado por el Sol. El soporte donde se labró el motivo presenta una orientación en torno a los 5º L N. Existe otro panel que se encuentra un poco antes de llegar a la cima del dique, sobre un fragmento de roca inclinado. Está conformado por un pequeño petroglifo meandriforme muy difícil de ver, incluso con luz solar. Es necesario mirarlo desde lo más alto, lo cual requiere tener mucho cuidado. Sigue la tradición y mira hacia la montaña más cercana, distante 165 m, justo por donde asoma el primer Sol del año (solsticio de invierno).

Los Andenes III

En la zona de Los Andenes (Garafía), por el exterior del cráter de La Caldera de Taburiente, a 2.247 metros sobre el nivel del mar, se localiza el único lomo que discurre, en dirección Norte-Sur, un trayecto de unos 600 metros antes de caer 300 m de desnivel. La zona exhibe numerosas muestras de diques que comprenden diferentes trayectorias. Pues bien, a unos 100 m de la carretera, en un momento en el que el dique casi se encuentra a ras de suelo encontramos una estación rupestre formada por dos paneles con cinco motivos. Esta estación la habíamos descubierto hace más de 15 años y la publicamos en http://prehistorialapalma.blogspot.com, el 7 de febrero de 2008.

El primero que nos encontramos es un meandriforme que se sitúa en la esquina superior de una roca desprendida del dique cuyas espiras se cierran dibujando una herradura. Mide 13x10 cm y se encuentra mirando al cielo. Fue realizado con una técnica de picado fino y poco profundo. Su estado de conservación es aceptable.

En el mismo dique, siguiendo una dirección en torno a los 5º L N, unos 10 metros más abajo, sobre un trozo de roca que tiene forma de punta de flecha, encontramos cuatro motivos casi unidos: círculos concéntricos, dos espirales y grecas. Algunos son difíciles de ver por el desgaste de la roca. El primero mide 20x20 cm y se emplaza sobre un soporte adaptado a un pequeño escalón que forma la roca. Se elaboró mediante una técnica de picado ancho y profundo. Su estado de conservación es malo. El segundo es una espiral que mide 35 cm de diámetro, fue igualmente realizado con la misma técnica del anterior, aunque peor conservado. El tercer motivo está prácticamente unido al anterior y representa unas grecas. El cuarto es una espiral muy desgastada situada en la punta Norte del soporte.

Unos diez metros más abajo, en el mismo dique, parece existir otro grabado rupestre cuyo soporte sigue la línea dispuesta por el dique, pero tenemos alguna duda, solo es visible en pequeños tramos.

Pues bien, desde los grabados rupestres de Tamagantera y Los Andenes III, separados por el imponente Barranco de Los Hombres, unos 700 metros en línea recta, siguiendo la dirección de los lomos y los diques, podemos otear con toda claridad el horizonte marino y la presencia nocturna de las dos estrellas más brillantes: Kochab y Polar. Lo fascinante de nuestro descubrimiento fue averiguar que durante los primeros siglos de nuestra Era, ambas estrellas se alineaban sobre el mar a unos 7º L. N. levantando sobre el horizonte 35º Kochab y 18º Polar. Ahora bien, esto podría ocurrir en cualquier momento del año y a cualquier hora; sin embargo, y aquí es donde revelamos el misterio, este fenómeno sólo se apreciaba en el intervalo crepuscular con el primer Sol del verano, en el solsticio de verano. Es un instante muy preciso y efímero que sólo se producía una vez al año, en una fecha tan marcada en el calendario como es el momento del retorno del Sol a su extremo Norte.

Actualmente esta circunstancia no la podemos observar por el movimiento de precesión de la tierra. Se puede apreciar esta alineación pero desviada hacia el mismo Norte, en diferente altitud, con la estrella Polar que apenas se mueve y kochab girando a su alrededor, en los días 9-10 de septiembre y los últimos días de enero, nada significativo en la concepción astrológica de los antiguos.

Siendo modestos, nos encontramos ante algo insólito en los albores de la Historia que traspasa el ámbito insular. Sin poder confirmar que no conste, no conocemos cultura en el mundo que haya establecido esta orientación tan precisa y aun menos factible con diques y grabados rupestres.

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